Para ello, a partir de abril se creará una red de centros de recogida de teléfonos móviles por todo el archipiélago. Unas cajas especiales para depositarlos se instalarán en más de 2.400 tiendas del principal operador de telefonía móvil del país, así como en un número todavía indeterminado de oficinas de organismos públicos. Se estima que será necesario recoger varios millones de unidades durante una campaña que se prolongará hasta que se recoja la cantidad de metales precisada.
En proporción, hay más oro en los móviles que en muchas minas de este elemento
En otras ediciones anteriores de los juegos ya se utilizaron materiales reciclados para confeccionar las medallas. El máximo hasta ahora lo consiguieron los últimos de Rio de Janeiro, celebrados el pasado verano en la ciudad brasileña, donde un 30% de la plata y el bronce fueron reaprovechados, y las medallas colgaron en el pecho de los atletas de cintas hechas en un 50% de plástico PET reciclado procedente de botellas de agua.
Pero Tokio 2020 pretende ser la primera olimpiada en extraer el material de dispositivos electrónicos desechados y en lograr que las medallas de oro estén hechas al cien por cien a partir de metal recuperado de otros usos. Para ello espera implicar masivamente a la ciudadanía: "Estamos pidiendo a la gente que recicle de forma voluntaria, lo cual implica los conceptos de reciclaje y sostenibilidad, pero también de participación", destacó Hidemasa Nakamura, el director financiero de los juegos, durante la presentación de la iniciativa. "Cuando un atleta gane una medalla en Tokio, el peso de la misma no será el del oro, la plata o el bronce, será el peso de una nación", afirmó el dos veces ganador del decatlón olímpico, el estadounidense Ashton Eaton, en el mismo acto.
Sólo un 15% se recicla
Dispositivos electrónicos de consumo masivo como los teléfonos inteligentes y las tabletas contienen pequeñas cantidades de metales tan valiosos y caros como el platino, el paladio, el oro, la plata, el litio, el cobalto, el níquel o los llamados metales de las tierras raras. Asimismo, la chatarra obtenida de coches y electrodomésticos como refrigeradores y acondicionadores de aire también alberga algunos de estos metales raros, junto con los básicos como el hierro, el cobre, el plomo y el zinc. Ello ha dado lugar al nacimiento del concepto de minería urbana para referirse a los proyectos de reciclaje que tratan de recuperar estos materiales para su reaprovechamiento.
Según un estudio publicado en 2012 por el Instituto para la Sostenibilidad y la Paz de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), la fabricación anual de aparatos de alta tecnología, como ordenadores, móviles, tabletas y otros emplea al año 320 toneladas de oro y 7.500 de plata, valorados en conjunto en unos 21.000 millones de dólares estadounidenses (casi 16.000 millones de euros).
Cerca de 16.000 millones de euros anuales acaban en los vertederos
Y apenas se recupera un 15% de este volumen. El resto acaba en vertederos, en muchos casos en países en vías de desarrollo, como el gigantesco basurero de material electrónico de Agbogbloshie, en Ghana, donde se acumulan cientos de miles de toneladas de ordenadores, televisores, móviles y electrodomésticos de todo tipo procedentes del mundo desarrollado, principalmente Europa Occidental y Estados Unidos. Está considerado uno de los lugares más contaminados del planeta, y pese a ello, decenas de miles de personas acuden al mismo a diario para rebuscar en busca de materiales recuperables.
En proporción, hay más oro en nuestros residuos electrónicos que en muchas minas: mientras una tonelada de mineral de una explotación produce sólo 5 gramos de oro, una tonelada de teléfonos móviles puede llegar a aportar 150 gramos del metal dorado. En 100.000 teléfonos móviles hay 2,4 kilos de oro, 25 de plata y más de 900 de cobre, unos 190.000 euros en metales valiosos. Pero recuperarlos no es tan fácil. Precisa de una labor minuciosa que diversas empresas han empezado a abordar en un intento de hacerla rentable. Y de que los consumidores depositen sus equipos fuera de uso en los lugares apropiados, algo que todavía dista de hacerse correctamente en la inmensa mayoría de los casos. Un móvil fuera de uso es oro.
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