"De cada cual según sus capacidades. A cada cual, según sus necesidades" era un viejo y hermoso lema de los primeros tiempos del socialismo utópico y el anarquismo, a mediados del siglo XIX, que fue posteriormente recogido por Karl Marx en su obra. Sin que comparta necesariamente estas ideologías, un supermercado australiano ha empezado a ponerlo en práctica: cada cliente puede llevarse lo que precise y paga a cambio buenamente lo que pueda, o nada si no puede.
Se trata de un establecimiento enclavado en la principal ciudad del país, Sidney, e impulsado por la organización sin ánimo de lucro OzHarvest, dedicada a la lucha contra el despilfarro de alimentos y que opera en el conjunto del país, que ha adaptado el eslogan como Take what you need. Give if you can (Coge lo que necesites. Da si puedes), que enmarcan la entrada principal del local, donde se distribuyen productos rechazados pese a estar en buen estado por supermercados y tiendas, cáterings y restaurantes o donados por otros clientes.
"Coge lo que necesites y da si puedes" es el lema del local de la ONG OzHarvest
En los estantes se pueden encontrar frutas frescas y verduras, panes, conservas, comidas congeladas y precocinadas, bollería, bebidas y productos de higiene personal y artículos de limpieza, y el contenido es renovado semanalmente, en función de las donaciones recibidas. El objetivo es que no se tire nada que alguien pueda aprovechar en un país que, como la práctica totalidad de los del mundo, desperdicia enormes cantidades de alimentos: hasta un 20% de lo que llega a las neveras de los domicilios australianos, cuatro millones de toneladas anuales que acaban en los vertederos emitiendo metano a la atmósfera, "suficientes para llenar 8.400 piscinas olímpicas", mientras tres millones de australianos son pobres, de los que una cuarta parte son niños, afirma la web de OzHarvest.
“Recuperamos los alimentos que no pueden ser vendidos por los supermercados y los minoristas debido a la proximidad de su fecha de caducidad, pero que todavía están en perfectas condiciones para ser consumido”, explica Ronni Kahn, empresaria e impulsora de OzHarvest, quien opina que “aunque algo haya caducado, eso no es razón para tirarlo”. "Nuestros voluntarios han sido entrenados para no aceptar ninguna donación de alimentos que ellos mismos no se comerían", garantiza.
Defectos estéticos
También se pueden encontrar frutas o verduras perfectamente comestibles pero desechadas por las redes comerciales debido a algún defecto en su aspecto, o incluso en el etiquetado. Y se reciben de 20 a 30 panes al día procedentes de las prácticas de un proyecto solidario llamado Pan y Mantequilla que ofrece cursos de panadería y empleo a solicitantes de asilo. Solamente se rechazan las donaciones de mariscos y el arroz "debido a las regulaciones sanitarias". La organización, la mayor del país en su género, trabaja en estos momentos con una red de 2.500 donantes.El súper contra el despilfarro, que se halla en el barrio de Kensington, es atendido por entre cinco y 10 voluntarios por turno y desde su apertura en abril ha venido recibiendo una media de 150 usuarios al día, según su gerente, Alicia Kirwan, que espera que estas cifras aumenten de forma sustancial en un breve plazo, cuando se vaya difundiendo la información sobre su existencia a través de los medios, pero también del boca a oreja entre las personas que puedan necesitarlo. Y la entidad trabaja para extender el modelo a más locales en Sidney, a otras ciudades australianas y también del resto del mundo.
Una campaña logra que el PP acepte facilitar la donación de alimentos frescos
Asimismo, la organización dispone de un camión, el OzHarvest Food Truck, donde se elaboran y proporcionan comidas gratuitas para donarlas a personas necesitadas, y se enseña al público en general a cocinar aprovechando alimentos saludables que de otra forma podrían acabar siendo desechados.
En España, y siguiendo en el terreno de la lucha contra el despilfarro de alimentos, una campaña lanzada a través del portal Change.org que ha obtenido ya más de 250.000 firmas de apoyo ha conseguido que se presente en el Congreso de los Diputados, por parte del Grupo Popular, una proposición de Ley para promover y facilitar la donación de alimentos que implicaría una nueva disposición adicional a la Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición para "facilitar la donación de alimentos frescos y perecederos a las entidades sin ánimo de lucro" , aunque para la misma todavía no hay fecha de debate ni enmiendas de ningún grupo, explican sus impulsores.
Éstos abogan también para que en el próximo Pacto de Estado por la Educación se prevean programas educativos para la reducción del despilfarro de alimentos por parte de las empresas o entidades gestoras de cáterings escolares en colaboración con la propia escuela, y que se cree un distintivo de calidad de lucha en contra del despilfarro de alimentos que permita favorecer fiscalmente o con subvenciones a las empresas que lo posean.
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