La batalla por la financiación de la lucha contra el cambio climático ha centrado las horas finales de las negociaciones de la 23 Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP23), que se celebra desde hace dos semanas en Bonn (Alemania).
Así, los altos funcionarios presentes en el tramo ministerial de la reunión tratan de establecer un acuerdo sobre cómo financiar las adaptaciones necesarias para que los países pobres enfrenten el calentamiento global.
"Este es uno de los temas clave para los países desarrollados porque no quieren verse obligados a gastar dinero automáticamente en el suministro de los fondos una y otra vez", ha explicado este viernes Jan Kowalzig, del grupo internacional de beneficencia Oxfam.
La ministra de Medio Ambiente de Alemania, Barbara Hendricks, ha asegurado que la conferencia ha sido un éxito, pero los intereses y problemas de los países pobres y los ricos han chocado en la conferencia.
Los países en desarrollo demandan compromisos vinculantes durante años y previsibilidad. Los industrializados, por su parte, argumentan que no pueden planificar sus presupuestos a tan largo plazo. Estos debates demoran las negociaciones para llegar a un documento de cierre que lleve la firma de todos.
En las conferencias pasadas, la responsabilidad de los países desarrollados como grandes causantes del calentamiento global también ha sido motivo de controversia. Los ricos no quieren asumir toda la responsabilidad, pero sí envían señales. Una de ellas ha sido el anuncio de una amplia alianza para la creación de una especie de seguro contra daños del clima en la que participan, entre otros, el Banco Mundial y Alemania. La idea es ayudar sin demoras a países y a personas afectados por una catástrofe natural.
Tuvalu versus alemania
"Nuestra existencia está amenazada", ha clamado Tafue Lusama, del archipiélago de Tuvalu, en el Pacífico Sur. Una frase que se ha oído mucho en las reuniones en la ciudad alemana.
Mientras la jefa de Gobierno de uno de los países más ricos del mundo, la alemana Angela Merkel, ha advertido de la dificultad de cerrar las contaminantes plantas de energía de carbón. Hay "cuestiones sociales y puestos de trabajo" involucrados, según ha explicado. "Solo les quiero decir que hay considerables conflictos sociales también en un país rico como el nuestro. Y que tenemos que resolver", asegura.
Las reglas de París y la retirada de Trump
El objetivo principal de la reunión ha sido dar un nuevo impulso a la implementación del acuerdo de París 2015 sobre la reducción de las emisiones de CO2 después de la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de retirarse del acuerdo histórico.
Así, la cumbre tenía como meta reunir una miríada de documentos en los que están plasmadas las posturas de cada país para la puesta en marcha concreta del histórico Acuerdo de París. Esto se deberá condensar para convertirse en el manual de reglas en el que, por ejemplo, una tonelada de dióxido de carbono deberá ser igual en un país que en otro.
Según el acuerdo de París, las naciones signatarias se han comprometido a reducir el calentamiento global a más largo plazo muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Pero además de las reglas, la conferencia del clima también ha conseguido estructurar el diálogo de Talanoa. La palabra se usa en Fiyi para definir un intercambio participativo de ideas destinado a generar confianza y a tomar decisiones sabias. Este proceso tiene por meta revisar el estado de los esfuerzos colectivos y mejorarlos. La primera decisión tomada: se hará bajo la presidencia conjunta de Fiyi y de Polonia, anfitriona de la próxima conferencia del clima.
Berlín ha organizado conjuntamente la conferencia de Bonn con el estado insular del Pacífico de Fiji. Junto con Kiribati, Tuvalu y las Islas Marshall, Fiyi enfrenta una amenaza existencial por el calentamiento global a medida que aumentan los niveles del agua.
Por otro lado, Siria se ha convertido en la nación número 196 en adoptar formalmente el acuerdo de París esta semana, dejando a Estados Unidos como el último miembro de la ONU que se opone. Unos 23.000 delegados que han asistid a la conferencia de Bonn.
Alianza contra el carbón sin España ni Alemania
Este jueves, Gran Bretaña, Canadá, Costa Rica, México y otros estados unieron fuerzas para formar una coalición destinada a abandonar el carbón como fuente de energía. Entre los firmantes no se encuentran España ni Alemania. La próxima conferencia mundial sobre el cambio climático se celebrará dentro de un año en Polonia, donde está previsto finalizar un reglamento para la implementación de los acuerdos de París.
Por su parte, Greenpeace ha demandado liderazgo climático a los países para sacar adelante los acuerdos y avances de la COP23 y ha llamado a los líderes a atender a la necesidad de urgencia y transformar sus modelos energéticos y los usos del suelo hasta abandonar totalmente las energías sucias.
La organización ecologista valora positivamente el "fracaso" de Trump en sus intentos de parar las negociaciones climáticas con su salida del Acuerdo de París, aunque recuerda que es necesario un plan de acción urgente.
"Exigimos al Gobierno de España que avance en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética para que esté alineada con los compromisos internacionales para luchar contra el cambio climático. La organización ecologista exige un sistema energético renovable al 100% en manos de la ciudadanía y el abandono de las energías sucias", ha declarado Tatiana Nuño.
La organización ecologista recuerda que Bonn todavía deja sin terminar la tarea de concluir el libro de reglas para la aplicación del Acuerdo de París el próximo año. "Los países necesitan redescubrir el valor político que tuvieron en París para completar el reglamento a tiempo", concluye la organización ecologistas.
Crítica de Ecologistas en Acción
Por su parte, Ecologistas en Acción ha criticado que la "sensación de urgencia" en la acción que reinaba en la Conferencia no se corresponde con los documentos acordados, lo que demuestra la distancia de las posturas de diferentes países, que "únicamente han logrado avances en materia de género y en favor de los pueblos indígenas".
En un comunicado de valoración de la COP23, la organización destaca que el Diálogo de Talanoa es el resultado más relevante y apenas es un documento de cuatro páginas en el que se recogen principios generales de calendario de nuevas reuniones pero no recoge propuestas claras sobre los mecanismos para adaptar los compromisos nacionales a las recomendaciones científicas.
WWF: mucho trabajo por hacer
Por su parte, WWF considera que se han producido algunos avances para sentar las bases para aumentar la ambición climática hasta 2020 y más allá, pero recuerda que queda mucho trabajo por hacer y que 2018 será determinante para que los países demuestren claramente su compromiso para avanzar y mejorar sus planes climáticos. Por ello, urge a las partes a que en las horas que aún quedan de cumbre resuelvan los problemas pendientes para anunciar avances significativos.
"Aún queda mucho trabajo por hacer para aprovechar la estrecha ventana de oportunidad que aún queda para alcanzar los objetivos del Acuerdo, como fortalecer la acción climática, finalizar el reglamento del Acuerdo de París y decidir urgentemente cómo revisar y fortalecer la ambición de los compromisos climáticos post-2020", recalca.
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