El calentamiento global, las sequías, la tala y la deforestación, con la consiguiente desertificación que todo eso provoca, están haciendo que disminuyan de forma alarmante en muchas zonas. Los cultivos extensivos e intensivos también actúan en su contra. La escasa humedad por las olas de calor y la mala gestión y limpieza de los bosques secundarios hacen que los incendios –9 de cada 10 son provocados por el ser humano– sean más devastadores y contribuyan a la desaparición durante décadas de las masas forestales afectadas. Se calcula que, debido al calentamiento, los incendios son ya un 30 % más probables. En la imagen, incendio de Pont de Vilomara (Cataluña) en 2022.