Las cada vez más, frecuentes sequías provocan grandes desplazamientos de esta etnia africana en busca de agua y pastos frescos para su ganado, que por la escasez de esos mismos elementos tiene sus características físicas muy mermadas, sobre todo la leche que alimenta a la población infantil. Además, el hecho de atravesar u ocupar tierras que pueden estar habitadas por grupos de agricultores desencadena enfrentamientos violentos. Todos los pastores Dinka conducen su ganado, armados con fusiles AK-47 y en constante estado de alerta.