Unos 450 exempleados de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) han pedido al Senado que rechace al candidato nominado por el presidente, Donald Trump, para que la dirija, ya que éste es un negacionista confeso del cambio climático y firme opositor a las leyes de regulación en materia de medio ambiente.
A este grupo se suma otro, en esta ocasión de empleados actuales de la agencia, que han enviado el mismo mensaje durante una protesta celebrada este lunes a mediodía.
En una carta firmada, decenas de extrabajadores de la EPA han señalado que como "jubilados" les gusta mantenerse apartados del foco mediático pero que la decisión de Trump de elegir al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, para la EPA ha preocupado a muchos de ellos.
"Nuestra perspectiva no es partidista", ha advertido el grupo, formado por 447 exempleados que han trabajado en la agencia tanto durante mandatos republicanos como demócratas.
"Sin embargo, cada administrador de la EPA tiene la obligación fundamental de actuar en interés de la sociedad, basándose en la legislación y en la mejor ciencia disponible. Y el historial de Pruitt plantea serias dudas acerca de los intereses para los que ha actuado hasta la fecha y sobre si está de acuerdo con los principios de la legislación medioambiental estadounidense", señala el texto, recogido por el diario Washington Post.
Hostil con los ecosistemas
Como fiscal, Pruitt ha desafiado en numerosas ocasiones la autoridad legal de la agencia para regular sobre contaminación de mercurio, smog, emisiones de carbono de las centrales eléctricas o la calidad de los humedales y aguas.
Trump defendió la elección de su candidato asegurando que "durante demasiado tiempo, la Agencia de Protección Ambiental ha gastado el dinero de los contribuyentes en una agenda descontrolada y antienergética que ha destruido millones de trabajos".
Los republicanos han defendido a Pruitt como un líder "capacitado" que podría devolver a la agencia su misión principal de proteger el medio ambiente mientras deshace la "sobrecarga regulatoria" que pesa sobre la industria.
Cerca de una veintena de grupos conservadores también lo han respaldado, insistiendo en que ha demostrado "su compromiso con la Constitución y con la garantía de que la EPA trabaje para las familias y los consumidores".