Casi 70 países se comprometieron ayer lunes durante la cumbre del clima organizada por Naciones Unidas en Nueva York a revisar sus planes de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero al alza para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. El compromiso de esos 70 países, sin embargo, no resultará suficiente para limitar el calentamiento a 1,5 grados a final de siglo, ya que en la lista no figuran tres de los cuatro principales contaminadores: China, EE UU (que ni siquiera participó en la reunión, aunque Donald Trump se pasó un rato para escuchar un puñado de intervenciones) e India.
Un total de 66 gobiernos se comprometieron a llegar a emisiones cero de carbono para el 2050, informó Naciones Unidas. La UE, que en esta ocasión no presentó objetivos consensuados por todos sus miembros, junto a China, EE UU y la India acumulan cerca del 60% de todas las emisiones del planeta. India y China, a diferencia de EE UU, sí participaron en la cumbre, aunque no se sumaron a la coalición que lidera Chile para incrementar los planes o que ya trabajan en ello. Rusia, el quinto emisor mundial y que este lunes anunció que termina de adherirse completamente al Acuerdo de París.
China, de forma muy ambigua, anunció que impondrá un nuevo impulso a los esfuerzos contra el cambio climático después de 2020 y que utilizará su iniciativa nueva Ruta de la Seda para impulsar la cooperación en la lucha contra el calentamiento global, según ha informado el consejero de Estado y ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi.
Uno de los grandes ejemplos positivos es el de Alemania, que la semana pasada presentó un paquete de medidas de su Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas por un valor de 54.000 millones de euros que incluye poner precio a las emisiones de dióxido de carbono desde el origen, es decir, obligando a los productores y vendedores de combustibles a comprar certificados de emisiones; una bajada del precio del tren y una subida de los vuelos nacionales; el aumento de tasas para los vehículos más contaminantes, mientras que se incentivarán los eléctricos y se instalará una red de carga en todo el país, la reforma de las viviendas para que consuman menos energía y el fin del gasóleo en las calefacciones a partir de 2026. Todo con el objetivo de reducir las emisiones del país un 55% para 2030.
España ofrece 150 millones
El presidente francés Emmanuel Macron indicó que hay que poner el acento en los acuerdos comerciales y financieros y afirmó que ya se han comprometido 7.000 millones de dólares (algo más de 6.300 millones de euros) para el Fondo Verde del Clima para ayudar los países en desarrollo a adaptarse y protegerse de los efectos del calentamiento global. En este ámbito, el presidente Pedro Sánchez anunció que España aportará 150 millones de euros en los próximos cuatro años, así como otros dos millones a otro fondo de la convención del clima. Estos esfuerzos han de permitir alcanzar los 10.000 millones, punto marcado por Macron para suplir la ausencia de Estados Unidos, que pretende abandonar los acuerdos de París.
Para seguir presionando a los dirigentes mundiales, para el próximo viernes está convocada en todo el mundo la primera huelga en favor de la lucha contra el cambio climático.
En otro orden de cosas, Naciones Unidas informó también ayer lunes de que está estudiando la posibilidad de plantar bosques urbanos en África y Asia de cuatro veces el tamaño de Hong Kong para hacer frente al cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha indicado que los procesos de urbanización en África y Asia están contribuyendo al aumento del calentamiento global, por lo que la plantación de árboles podría favorecer una mejora de la calidad del aire y permitiría acabar con el riesgo a sufrir inundaciones y degradaciones en los terrenos. En este sentido, la organización está considerando crear medio millón de hectáreas de bosques urbanos de cara a 2030, una cuestión que será abordada durante la Asamblea General de la ONU esta semana.
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