Activistas en defensa del medio ambiente han rociado con líquido negro un cuadro del pintor Gustav Klimt en el Museo Leopold de Viena, para denunciar que "los nuevos pozos de petróleo y gas son una sentencia de muerte para la humanidad".
La acción, reivindicada por el grupo Última Generación, que ha subido las imágenes a sus redes sociales, ha tenido como objetivo la obra Muerte y Vida, que la organización ha querido utilizar como metáfora de su denuncia.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió el lunes que el mundo se encuentra en una “lucha a vida o muerte” por sobrevivir mientras el “ caos climático avanza galopante” y acusó a los 20 países más ricos del mundo de no hacer lo suficiente para evitar que el planeta se sobrecaliente.
Las imágenes muestran a personal del museo reteniendo a los activistas, uno de los cuales habría intentado pegarse al marco. El cuadro estaba protegido por un cristal y, según un comunicado del museo, ni el lienzo ni el marco han sufrido daños.
La institución, que precisamente ofrecía este lunes visitas gratuitas con motivo del día de San Leopoldo, ha afirmado que, si bien las demandas planteadas por este tipo de colectivos pueden ser legítimas, se equivocan al llevarlas a cabo en museos.
Este tipo de protestas se han generalizado en las últimas semanas, con acciones contra obras de arte en España, Reino Unido, Francia, Alemania, Austria e Italia, entre otros países.