Muchas personas creen que el planteamiento orgánico es mejor para los seres humanos y el planeta, pero un nuevo estudio de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Vancouver, Canadá, publicado en Science Advances, encuentra que no siempre es así.
"Orgánico a menudo se propone como una solución de santo grial a los actuales problemas de escasez de alimentos y medioambientales, pero encontramos que los costos y beneficios varían en gran medida dependiendo del contexto", advierte un miembro del equipo, Verena Seufert, investigadora del Instituto de Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad (IRES, por sus siglas en inglés).
En su estudio, Seufert y su coautor Navin Ramankutty, catedrático de Investigación en Cambio Ambiental Global y Seguridad Alimentaria en UBC, analizaron la agricultura orgánica teniendo en cuenta 17 criterios como el rendimiento, el impacto en el cambio climático, el sustento de los agricultores y la salud del consumidor.
Los autores señalan que se trata del primer estudio que revisa sistemáticamente la literatura científica sobre el desempeño ambiental y socioeconómico de la agricultura orgánica, no solo evaluando dónde coinciden y están en desacuerdo estudios previos, sino también identificando las condiciones que conducen al buen o mal desempeño de la agricultura orgánica.
Muchos consumidores tienen en su cabeza dos factores a la hora de pensar en los productos orgánicos: el uso de plaguicidas sintéticos y los beneficios nutricionales de lo orgánico. Seufert y Ramankutty argumentan que en países como Canadá, donde las regulaciones de los plaguicidas son estrictas y las dietas son ricas en micronutrientes, los beneficios para la salud de escoger lo orgánico pueden ser marginales.
"Pero en un país en desarrollo donde el uso de plaguicidas no se regula cuidadosamente y la gente carece de micronutrientes, pensamos que los beneficios para el consumidor y la salud de los trabajadores agrícolas pueden ser mucho más altos", añade Ramankutty, profesor del IRES y Liu Institute for Global Issues UBC.
Hacer sostenibles los sistemas agrícolas
Otra medida importante de la sostenibilidad de los sistemas agrícolas es el rendimiento de un cultivo. Hasta la fecha, la mayoría de los estudios han comparado los costos y beneficios de las granjas orgánicas y convencionales del mismo tamaño, que no tienen en cuenta las diferencias de rendimiento.
Las investigaciones anteriores han demostrado que, en promedio, el rendimiento de un cultivo orgánico es de entre un 19 a un 25% menor que el de gestión convencional, y Seufert y Ramankutty encuentran que muchos de los beneficios ambientales de la agricultura orgánica disminuyen una vez que se explican los rendimientos más bajos.
"Aunque una granja orgánica puede ser mejor para cosas como la biodiversidad, los agricultores necesitarán más tierra para cultivar la misma cantidad de alimentos –dice Seufert–. Y la conversión de tierras para la agricultura es el principal contribuyente a la pérdida de hábitat y al cambio climático".
Aunque sus hallazgos sugieren que los alimentos orgánicos por sí solos no pueden crear un futuro sostenible de alimentos, concluyen que todavía tiene un papel importante que desempeñar. Orgánica es una forma en que los consumidores tienen control y conocimiento de cómo se produce su alimento, ya que es el único sistema agrícola regulado por la ley.
"Tenemos que dejar de pensar en la agricultura orgánica y convencional como dos extremos del espectro. En lugar de eso, los consumidores deberían exigir mejores prácticas para ambos con el fin de poder satisfacer las necesidades alimentarias del mundo de manera sostenible", propone Seufert.