Ecologistas en Acción Sierras Comunidad de Madrid ha presentado alegaciones contra la construcción del parque eólico Ágata, en Peguerinos (Ávila) y la línea aérea de alta tensión que atraviesa 34 kilómetros hasta una subestación de Galapagar, concretamente los municipios de Santa María de la Alameda, Zarzalejo, El Escorial y Colmenarejo.
El proyecto afecta a 11 especies de fauna en peligro de extinción, como el águila imperial, el milano real, el buitre negro y el lobo ibérico. Consideran que su impacto "será crítico sobre la fauna, la flora, el paisaje, el patrimonio cultural de una extensa área de la Sierra de Guadarrama, entre la Comunidad de Madrid y Ávila".
Además, los ecologistas aseguran que factores como el ruido repercutirán negativamente en la calidad de vida de las personas que habitan las poblaciones más próximas, especialmente en los municipios de Peguerinos y Santa María de la Alameda.
19 aerogeneradores de 200 metros de altura
Según el texto de alegaciones al proyecto de parque eólico Ágata, indican que la actuación supone la instalación de 19 aerogeneradores de 200 metros de altura (115 m altura al buje y 85 m rotor) que pretende ubicarse en Peguerinos, a escasos metros de dos áreas críticas por su valor ambiental como son los espacios protegidos Red Natura 2000, Zona de Especial Protección para las Aves y Zona de Especial Conservación Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos.
Para evacuar y transportar la energía generada se contempla la construcción de una línea de alta tensión de 34 kilómetros a través de parajes protegidos de alto valor natural y cultural como son: IBA El Escorial - San Martín de Valdeiglesias, Paraje Pintoresco Pinar de Abantos y Zona de la Herrería del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, Parque Regional y espacio protegido Red Natura Cuenca del río Guadarrama, espacio protegido Red Natura Cuenca del río Manzanares, Bien de Interés Cultural Territorio Histórico de la Gran Cerca de Felipe II, etc.
Estudio de impacto ambiental
El Proyecto Ágata, promovido por la empresa Green Capital Development 51 S.L., incluye un estudio de impacto en el que se reconoce que los 19 aerogeneradores de 200 metros de altura ubicados en las proximidades de bosques y parajes protegidos de Peguerinos, colisionarán (más de un 70%) con el milano real (Milvus milvus), el águila imperial (Aquila adalberti), el buitre negro (Aegypius Monachus) y afectarán a otras 11 especies en peligro de extinción, entre ellas, al lobo ibérico (Canis lupus).
Cinco especies de murciélagos, aves como la cigüeña negra (Ciconia nigra), el milano negro (Milvus migrans), y mamíferos como el lobo, corzos, jabalíes o topillos se verán afectados por la alteración o destrucción de su hábitat (ruido, iluminación perpetua, electrocuciones y riesgo de incendios).
"Tanto el parque eólico como la línea de alta tensión se construyen sobre zonas de alto valor ecológico, protegida por normativa europea y nacional. Los aerogeneradores del Proyecto Ágata se sitúan a escasos metros de las poblaciones de Peguerinos, Las Damas y Rajuelos", apuntan los ecologistas.
Y es que afirman que el parque eólico con una potencia nominal de 110 megavatios y la línea de alta tensión de 220 kv conectará con la subestación de Galapagar y tendrá "un impacto crítico" en seis núcleos de población serranos, como Santa María de la Alameda, Zarzalejo, Robledondo o El Escorial.
Vertiginoso crecimiento especulativo
Los 19 aerogeneradores (200 metros de altura) del parque eólico modificarán el paisaje rural de las zonas afectadas e introducirán problemas de ruidos de los núcleos urbanos próximos a los aerogeneradores. "Los 34 kilómetros de línea de alta tensión, con torres de hasta 40 metros de altura, alteran paisajes tan emblemáticos como el del Territorio Histórico de la Gran Cerca de Felipe II, protegidos como Bienes Culturales", explican.
A juicio de Ecologistas en Acción, el Parque Eólico Ágata forma parte del "vertiginoso crecimiento especulativo de proyectos de energías renovables que padece el Estado español en los últimos años".
No contribuye a la lucha contra el cambio climático
"No contribuye a la lucha contra el cambio climático porque con su planificación agresiva sobre un entorno de inmenso valor natural, provoca de forma mucho más directa y agresiva la destrucción de los sumideros de carbono que contienen las zonas de alto valor ambiental de las dos comunidades autónomas afectadas", concluyen.