Animalistas critican el proyecto de Decreto de espectáculos taurinos de Castilla y León porque consideran que "la introducción, por vez primera, de la expresión bienestar animal en el Reglamento taurino es un intento de maquillar el sufrimiento que soportan los animales en estos espectáculos".
Nuevo Reglamento de espectáculos taurinos
El Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL) publicó la Resolución de la Agencia de Protección Civil y Emergencias por la que se somete a información pública el texto de un nuevo Reglamento de espectáculos taurinos en Castilla y León.
Pretende aunar, en un texto único, los espectáculos formales como las corridas de toros, el rejoneo o las becerradas, así como las escuelas y los espectáculos populares, que incluyen los tradicionales, en los que los animales son atados con sogas por las astas o se les coloca bolas fuego en la zona de la testuz
Este, según han explicado, pretende aunar, en un texto único, los espectáculos formales como las corridas de toros, el rejoneo o las becerradas, así como las escuelas y los espectáculos populares, que incluyen los tradicionales, en los que los animales son atados con sogas por las astas o se les coloca bolas fuego en la zona de la testuz.
Asimismo, han añadido que el nuevo texto del Reglamento incluye once veces la expresión bienestar animal, considerado como el quinto pilar del Reglamento, e incluye, entre sus "principios generales", la obligación de "garantizar el bienestar animal durante el desarrollo del espectáculo".
Anacrónicos espectáculos
La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) ha tachado el Reglamento de "contradictorio" y considera que la introducción, por vez primera, de la expresión bienestar animal en el Reglamento taurino "es un intento de maquillar el sufrimiento que soportan los animales en estos anacrónicos espectáculos".
"Ensogar a un toro por las astas y obligarlo a realizar un recorrido, o colocarle bolas de fuego en la zona de la cabeza somete a los animales a un intenso sufrimiento, físico y psíquico"
Según ha indicado ANPBA, existen "abundantes" informes técnicos, elaborados por etólogos y veterinarios competentes, que determinan que "ensogar a un toro por las astas y obligarlo a realizar un recorrido, o colocarle bolas de fuego en la zona de la cabeza somete a los animales a un intenso sufrimiento, físico y psíquico".
Así, han remarcado que "incluso el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en su sentencia de 12 de mayo de 2000, dispone que colocar fuego a un toro es maltrato anímico, es decir, maltrato psicológico, y la Audiencia Provincial de Palencia, en su Auto de 20 de enero de 2005 , dispone que ensogar a un toro lo somete a un maltrato evidente".
Las becerradas
en las becerradas el Reglamento autoriza clavar a los becerros banderillas terminadas en cuchillas de acero cortante y punzante de hasta 6 centímetros de longitud, unos becerros que, "en numerosas ocasiones, son tan jóvenes que se les oye lanzar fuertes berridos pidiendo la protección de su madre"
Por otra parte, en las becerradas el Reglamento autoriza clavar a los becerros banderillas terminadas en cuchillas de acero cortante y punzante de hasta 6 centímetros de longitud, unos becerros que, "en numerosas ocasiones, son tan jóvenes que se les oye lanzar fuertes berridos pidiendo la protección de su madre".
"Y qué decir de las banderillas negras, autorizadas por el Reglamento, cuchillas de acero cortante y punzante de hasta 8 centímetros de longitud, con las que se castiga a un toro, para exasperarlo y enfurecerlo, cuando el astado manifiesta su inteligencia en la forma de mansedumbre y se niega a ser lidiado creyendo que, al no atacar, podría evitar ser atacado por el hombre, en las corridas y rejoneos", han añadido.
En el espectáculo taurino, intrínsecamente es imposible que exista bienestar animal
Por ello, ANPBA ha insistido en que el nuevo Reglamento "no hace sino demostrar, precisamente, que la Junta de Castilla y León, preocupada por el creciente sentir de la sociedad en contra del maltrato animal, ha contemplado la oportunidad de introducir la expresión bienestar animal, que no hace sino maquillar ese enorme y descomunal sufrimiento al que son sometidas las reses de lidia para proporcionar diversión a un público minoritario, ya que, en el espectáculo taurino, intrínsecamente es imposible que exista bienestar animal".