El balance de muertos a causa del terremoto de magnitud 7,4 en la escala abierta de Richter registrado este lunes en el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria, ha ascendido a más de 650, según datos facilitados por las autoridades de ambos países y los 'cascos blancos.
El gobernador de la provincia de Kahramanmaras, Omer Faruk Coskun, ha subrayado que "no es posible dar un número exacto de muertos y heridos en estos momentos" y ha añadido que "los daños son graves". El seísmo ha tenido su epicentro en el distrito de Pazarcik, situado en esta provincia.
En esta línea, el alcalde de Kahramanmaras, Hayrettin Gungor, ha reconocido que la situación es un "desastre" y ha añadido que las autoridades "están sobre el terreno con todas sus capacidades". "Nuestra petición a los ciudadanos es que no se agolpen y no alteren el tráfico. Necesitamos ayudar a los equipos (de búsqueda y rescate)", ha argumentado.
Por su parte, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, ha indicado en una rueda de prensa que el Gobierno turco ha declarado el nivel más alto de alarma, que incluye la solicitud de ayuda internacional, y ha enviado numerosos equipos de búsqueda y rescate a las zonas del terremoto.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha transmitido sus "mejores deseos" a todos los ciudadanos que se han "visto afectados por el terremoto (...) y que se ha sentido en muchas partes" del país. "También coordinamos las obras iniciadas después del terremoto. Esperamos superar este desastre juntos lo antes posible y con el menor daño posible, y continuamos con nuestro trabajo", ha indicado en su perfil de Twitter.
Ante la situación, el Ministerio de Defensa sirio ha anunciado la movilización de todas sus unidades e instituciones para dar ayuda a los damnificados, según un comunicado recogido por la agencia estatal siria de noticias, SANA. El presidente del país, Bashar al Assad, ha encabezado además una reunión de emergencia del Gobierno para analizar la situación. A estas cifras hay que sumar cerca de 150 muertos y más de 340 heridos en las zonas control.
Idlib y Alepo, en el noroeste del país árabe, según ha indicado la Defensa Civil de Siria, conocidos como 'cascos blancos', a través de su cuenta en Twitter, donde ha lamentado "la catástrofe y la devastación" causada por el seísmo.
"El terremoto en el noroeste de Siria ha causado 147 muertos y ha herido a más de 340. El balance podría aumentar ya que muchas familias están aún atrapadas. Nuestros equipos están sobre el terreno buscando supervivientes y retirando a los muertos de entre los escombros", ha señalado. "Casas, edificios y áreas residenciales completamente destruidas. Se necesita apoyo urgente para los esfuerzos de respuesta", ha manifestado.