El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha dado a entender que las ONG podrían estar provocando los numerosos incendios que se vienen registrando en la selva amazónica porque están molestos después de que su Gobierno les retiró la financiación, si bien no ha ofrecido pruebas para demostrarlo.
Según el presidente ultraderechista u negacionista del cambio climático, los trabajadores de las ONG "se han sentido afectados por la falta de dinero" después de que su Gobierno les retirara los fondos y "estaría habiendo, no lo estoy afirmando, acción delictiva" de estas personas "para llamar la atención contra mi persona, contra el Gobierno de Brasil".
Preguntado expresamente por los periodistas sobre si estaba acusando a las ONG de los incendios, Bolsonaro ha respondido: "Tenemos que combatir el delito, luego vamos a ver quién es el posible responsable". "Pero, a mi modo de ver, hay intereses de esas ONG, que representan intereses de fuera de Brasil", ha añadido, según informa el diario O Globo.
El presidente también ha criticado a los gobernadores de los estados sobre los que se extiende el Amazonas. "Hay un gobernador, no quiero dar el nombre, que se muestra connivente con lo que está ocurriendo y echa la culpa al Gobierno federal", ha denunciado.
"Hay estados ahí, que no quiero citar, en el norte, en los que el gobernador no está moviendo un dedo para ayudar a combatir los incendios". "Está disfrutando de ello", ha aseverado en declaraciones en el Palacio de Alvorada.
Cifra récord de fuegos
Los incendios forestales han alcanzado este año un récord de 72.843 en Brasil, según un estudio del centro de investigación espacial INPE, que de esta forma ha confirmado un aumento del 83 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2018. Se trata de una cifra inédita desde que comenzaron este tipo de registros en el año 2013.
El INPE advirtió el martes de que, solo desde el jueves, los satélites han detectado 9.507 nuevos incendios forestales, principalmente en la cuenca del Amazonas, hogar del bosque tropical más grande del mundo y al que se considera vital para contrarrestar el calentamiento global.
Las imágenes muestran el estado septentrional de Roraima cubierto de humo oscuro. La ciudad de Sao Paulo, la mayor del país, vio su cielo, habitualmente ya muy contaminado, ennegrecido por el humo de los fuegos. El estado de Amazonas declaró el 9 de agosto una emergencia en el sur y en su capital, Manaos, mientras que Acre, en la frontera con Perú, ha estado en alarma ambiental desde el viernes por los incendios.
Los incendios forestales han aumentado también en Mato Grosso y Pará, dos estados agrícolas que han empujado la agricultura hacia la cuenca del Amazonas y donde se ha estimulado la deforestación. Y también se están registrando siniestros en los territorios amazónicos peruanos y bolivianos. Tradicionalmente, han sido provocados por intereses agrícolas, ganaderos o mineros, que ahora cuentan con el respaldo inequívoco del presidente brasileño. Según datos del INPE, las operaciones de vigilancia del Ministerio de Ambiente brasileño se redujeron un 70% en abril de este año en comparación con el mismo período de 2018.