Los Veintiocho han dado luz verde este martes 25 de abril a las nuevas normas para limitar la contaminación generada por el mercurio y elevar el nivel de protección frente a una sustancia tóxica que constituye un riesgo global serio para la salud humana y el medio ambiente.
La nueva normativa introduce una mayor claridad jurídica y transparencia para regular las emisiones antropogénicas y la liberación de mercurio y sus componentes en el aire, agua y las medidas para que los Estados miembro y la Unión aprueben y ratifiquen la Convención Minamata para reducir la contaminación por mercurio a nivel internacional.
En concreto, establece medidas y condiciones a nivel europeo para controlar y restringir el uso y almacenamiento de mercurio, sus competentes y aleaciones y su comercio, la manufactura y utilización de productos con mercurio y su comercio, así como el uso del mercurio en los empastes dentales y para garantizar la gestión adecuada de los residuos de mercurio.
El objetivo de la Unión Europea a largo plazo es eliminar de manera gradual la amalgama de mercurio dental en el horizonte de 2030. De momento, a partir de julio de 2018 estará prohibido el uso de empastes de mercurio en los tratamientos de dientes de leche, niños menores de 15 años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Y a partir de 2019 sólo podrá utilizarse esta sustancia tóxica en la amalgama dental si está encapsulado. Las nuevas normas recogen asimismo la obligación para los dentistas de utilizar dispositivos que impidan que el mercurio acabe contaminando el agua.
Las nuevas normas, que ya fueron aprobadas por la Eurocámara en marzo y sustituirán a la normativa anterior de 2008, entrarán en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE una vez el Consejo y la Eurocámara hayan firmado el acta y se aplicarán a partir del 1 de enero de 2018.
La normativa anterior de 2008 ya prohibía las exportaciones de mercurio y su uso en explotaciones de minas artesanales y de pequeña escala.
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