Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) han pactado este martes por la noche, tras casi 14 horas de negociación, establecer un objetivo de reducción de emisiones contaminantes para coches del 35% en 2030, con una meta intermedia del 15% para 2025, en comparación con los niveles que se registren en 2021.
Con respecto a las furgonetas, el acuerdo final mantiene el recorte del 15% en 2025, pero rebaja al 30% la ambición de cara al final de la próxima década. También han acordado realizar una revisión de estos porcentajes en 2023.
"Hemos conseguido llegar a un acuerdo en el último momento", ha anunciado la ministra austriaca de Medio Ambiente, Elisabeth Köstinger, que este semestre ostenta la presidencia de la UE, después de que los ministros constatasen en la sala de reuniones que la última propuesta contaba con los apoyos suficientes.
Los gobiernos de la UE han conseguido así definir sus líneas rojas de cara a las negociaciones que comenzarán este mismo miércoles con el Parlamento Europeo, la otra institución europea con poderes legislativos y que aboga con elevar la ambición al 40%.
Se ha impuesto de esta forma una tesis intermedia a la postura que defendían, por un lado, Alemania y los países del Este –partidarios de limitar el recorte al 30%– y, por otro, el grupo de países que, como Francia, Italia o los nórdicos, reclamaban una mayor ambición y apostaban por una meta de al menos el 40%.
De hecho, algunos de estos países se han expresado sus reservas con el acuerdo final. Irlanda, por ejemplo, ha hablado de "decepción" por el consenso alcanzado, que encuentra "peor" que el planteamiento con el que comenzó el encuentro. Luxemburgo, Suecia, Eslovenia y Dinamarca han apoyado la posición irlandesa. Países Bajos también ha intervenido para aclarar que no está satisfecho con el resultado final.
El texto, sin embargo, ha contado con el apoyo de países como Alemania, Hungría, Bulgaria, Rumanía o Eslovaquia, que durante la sesión de la mañana se habían opuesto en principio a apoyar un objetivo superior al 30%, que es el que propuso la Comisión Europea.
En conjunto, el texto finalmente aprobado ha sido respaldado por 20 países, mientras que cuatro han votado en contra y otros cuatro se han abstenido, según ha detallado Köstinger en la rueda de prensa posterior a la reunión.
El comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, también ha tomado la palabra después de se confirmarse el acuerdo para celebrar el mismo y que se puedan iniciar las negociaciones con la Eurocámara.
Una oportunidad para la industria española
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha destacado que el acuerdo logrado entre los Veintiocho es "una oportunidad para la innovación y la competitividad de la industria del automóvil en España".
"Este acuerdo es una oportunidad para que la industria del automóvil lidere la transición hacia una movilidad libre de emisiones de CO2, principal gas causante del calentamiento global", ha destacado en un comunicado.
En concreto, la responsable de Medio Ambiente del Gobierno ha señalado que este pacto permitirá al sector español del automóvil "poner en marcha una hoja de ruta coherente con los objetivos comunitarios" y que "visibilice cómo se anticipa y se prepara para innovar y realizar la necesaria transición hacia una movilidad limpia y respetuosa con el medio ambiente y la salud".
El Ministerio de Transición Ecológica ha explicado que España ha apoyado "un acuerdo progresista y ambicioso del 35% hacia arriba", pero "pensando más en que la decisión final se quede entre el 35% y el 40%".