Un equipo de científicos ha observado directamente la evidencia definitiva de hielo de agua en la superficie de la Luna, concretamente en las partes más oscuras y frías de sus regiones polares. Estos depósitos de hielo están distribuidos irregularmente y podrían ser antiguos. En el polo sur, la mayor parte del hielo se concentra en los cráteres lunares, mientras que el hielo del polo norte es más extenso, pero disperso.
El equipo, liderado por Shuai Li, de la Universidad de Hawai y la Brown University, y que incluye a Richard Elphic del Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, en California, ha utilizado datos del instrumento Moon Mineralogy Mapper (M3) de la NASA para identificar tres firmas específicas que definitivamente prueban que hay hielo de agua en la superficie de la Luna.
M3, a bordo de la nave espacial Chandrayaan-1, lanzada en 2008 por la Organización de Investigación Espacial de la India, estaba equipada de manera única para confirmar la presencia de hielo sólido en la Luna. Recolectó datos que no solo recogían las propiedades reflectivas que se esperaría del hielo, sino que también podían medir directamente la forma distintiva en que sus moléculas absorben la luz infrarroja, por lo que puede diferenciar entre agua líquida o vapor y hielo sólido.
La mayor parte del hielo recién descubierto se encuentra en las sombras de los cráteres cerca de los polos, donde las temperaturas más cálidas nunca superan los -250 grados Fahrenheit (-156 grados Centígrados). Debido a la muy pequeña inclinación del eje de rotación de la Luna, la luz del sol nunca llega a estas regiones.
Las observaciones previas encontraron indirectamente posibles signos de hielo en la superficie en el polo sur lunar, pero estos podrían haber sido explicados por otros fenómenos, como el suelo lunar inusualmente reflexivo.
Con suficiente hielo en la superficie, dentro de los primeros milímetros, el agua posiblemente sea accesible como un recurso para futuras expediciones para explorar e incluso permanecer en la Luna, y potencialmente más fácil de acceder que el agua detectada debajo de la superficie del satélite terrestre.
Aprender más sobre este hielo, cómo llegó allí y cómo interactúa con el entorno lunar más grande, será un objetivo clave de la misión para la NASA y socios comerciales. Los hallazgos han sido publicados este lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences.
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