El Ministerio de Derechos Sociales ha sacado a consulta pública previa el anteproyecto de Ley de Grandes Simios, un texto aún no articulado que establece los principales objetivos de la norma. La iniciativa empieza a tramitarse con más de seis meses de retraso, ya que la Ley de Bienestar Animal exigía que en el plazo de tres meses de su entrada en vigor -el 29 de septiembre de 2023- el Gobierno presentase un proyecto de Ley de Grandes Simios.

Tiene el objetivo de establecer la prohibición expresa de experimentación o investigación cuando ello pueda producirles daños y no redunde en su beneficio

La norma tiene el objetivo de establecer la prohibición expresa de experimentación o investigación cuando ello pueda producirles daños y no redunde en su beneficio. Asimismo, persigue el establecimiento de unas condiciones "muy rigurosas", siempre en ambientes óptimos para su desarrollo, para su tenencia o custodia, en todo caso con propósito de conservación.

 

Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios

 

Igualmente, establecerá la prohibición de su utilización con fines comerciales o en cualquier tipo de espectáculos que menoscaben su dignidad.

Asimismo, planteará impulsar la inclusión en el ordenamiento jurídico de los compromisos adquiridos por España con la firma de la Declaración de Kinshasa y el trabajo decidido junto al PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en el marco del GRAPS (Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios), en el que participan algunos países europeos como Italia, Francia, Reino Unido y los países del área de distribución de los grandes simios.

Del mismo modo, persigue impulsar y emprender las acciones necesarias en los foros y organismos internacionales que procedan para la protección de los grandes simios.

Paliar la ausencia de una normativa en vigor específica para los grandes simios como parte de la familia de los Homínidos 

y la ausencia de instrumentos jurídicos que impulsen el desarrollo de los compromisos adquiridos por España en programas internacionales de conservación y protección de grandes simios

Con esta regulación, se pretende paliar "la ausencia de una normativa en vigor específica para los grandes simios como parte de la familia de los Homínidos"; la falta de adecuación de la norma de tenencia en cautividad de los grandes simios; y la ausencia de instrumentos jurídicos que impulsen el desarrollo de los compromisos adquiridos por España en programas internacionales de conservación y protección de grandes simios.

El ministerio ha abierto consulta el miércoles 17 de abril y la cerrará el 31 de julio.

 

Incluidos en la familia de los Homínidos

 

Según argumenta Derechos Sociales, a partir de 1997, la ciencia incluye a los grandes simios en la familia de los Homínidos, junto a los humanos y sus ancestros extinguidos. "Esta decisión, aceptada por toda la comunidad científica, resulta de gran importancia ya que pone a estos seres al mismo nivel que nuestros antepasados, los homo erectus, homo habilis, australopithecus, etc.", explica.

"Esta decisión, aceptada por toda la comunidad científica, resulta de gran importancia ya que pone a estos seres al mismo nivel que nuestros antepasados, los homo erectus, homo habilis, australopithecus, etc."

También apunta que la ciencia también ha demostrado que los grandes simios no son sólo seres sintientes, sino que disponen de capacidades cognitivas como el aprendizaje, la comunicación o el razonamiento complejo que les acercan a las de los seres humanos.

Disponen de capacidades cognitivas como el aprendizaje, la comunicación o el razonamiento complejo que les acercan a las de los seres humanos.

 

Autoconciencia e intencionalidad en la toma de decisiones

 

"Además, en un plano superior al de otros mamíferos, los grandes simios parecen estar dotados de autoconciencia y de intencionalidad en la toma de decisiones", asegura el ministerio.

De hecho señala que comparten los 15 atributos que en su día el bioético Joseph Fletcher estableció para definir la personalidad humana: inteligencia mínima, autoconciencia, autocontrol, sentido del tiempo, sentido del futuro, sentido del pasado, capacidad para relacionarse con otros congéneres, preocupación y cuidado por otros individuos, comunicación, control de la existencia, curiosidad, cambio y capacidad para el cambio, equilibrio de razón y sentimientos, idiosincrasia y actividad del neocórtex.

"Así pues, tanto por su condición de seres sintientes como por su proximidad genética a nuestra especie y su alto grado de evolución, se hace necesaria una protección especial para este grupo de grandes primates. Esta protección debe pasar por un establecer una ley marco de protección específica e instrumentar otras disposiciones legales concretas para erradicar determinadas prácticas que atentan contra la vida, la integridad física, la dignidad y la supervivencia de los grandes simios", sentencia.

 

703 usos realizados con primates

 

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2022 ha vuelto a aumentar en España, como ya lo hizo en 2021, el número de usos de primates para investigación muchos de los cuales, prácticamente la mitad (43%), son reutilizaciones. Concretamente, en 2022 se contabilizaron 703 usos realizados con primates, de los que 306 fueron reutilizaciones.

Un 11% de los primates usados en 2022 procedían de África, siendo un origen minoritario respecto a los procedentes de Asia, y los de Europa son de una mínima proporción.

Se trata de ensayos para productos biotecnológicos o con enfermedades humanas de las que sólo hay equivalencia con primates (como ejemplo, el tratamiento para la hemofilia humana y sólo hay equivalente en el primate; tratamiento con un antimicrobiano utilizado en inmunoterapia y sólo el primate es bioequivalente al humano; anticuerpo monoclonal para el tratamiento de la osteoporosis humana y sólo hay equivalencia en el primate).

A partir del 10 de noviembre de 2022 no se pueden utilizar primates que no sean descendientes de primates criados en cautividad (generación F2) o que procedan de colonias autosostenidas, para evitar la angustia de su captura de la naturaleza y transporte posterior, según recuerda el Ministerio de Agricultura.

Un 11% de los primates usados en 2022 procedían de África, siendo un origen minoritario respecto a los procedentes de Asia, y los de Europa son de una mínima proporción.