Esta mañana, tres miembros del colectivo Futuro Vegetal y una periodista comparecieron ante los juzgados de Barcelona para declarar por una acción de desobediencia civil no violenta que tuvo lugar el pasado 13 de noviembre en el Museo Egipcio de la ciudad.

Durante la protesta, dos activistas arrojaron líquidos alimentarios a cristales y vitrinas en una sala del museo, mientras que otros bañaron con "petróleo" falso la vitrina de un sarcófago y rociaron la pared con "sangre" falsa. Minutos después, desplegaron una pancarta con el mensaje "COPCA COLA +2.5º".

Entre los imputados se encuentran una periodista y una activista que medió con la policía durante la acción sin participar directamente en ella. Según fuentes del colectivo, la intención de la acción era denunciar que la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), celebrada en Egipto, era "un lavado de cara" para Coca Cola, patrocinadora del evento y considerada la mayor contribuidora mundial a la contaminación por plásticos, según el informe Break Free From Plastic Report. Además, se criticó la falta de medidas contundentes por parte de los líderes políticos para hacer frente a la crisis climática.

 

Preocupación por el respeto al derecho a la información

 

Durante la comparecencia, los imputados manifestaron que la acusación no ha presentado ninguna evidencia de que el sarcófago haya sido dañado durante la protesta. También compareció la mediadora con la policía, a pesar de que su función es velar por la seguridad de los activistas durante las acciones y negociar con las autoridades sin participar directamente en ellas, según afirmaron desde el movimiento.

La presencia de una periodista que se encontraba en el lugar durante la acción también fue requerida, a pesar de no haber participado en la misma. Mar Sala, una de las periodistas presentes, expresó su preocupación por el respeto al derecho a la información de la ciudadanía y afirmó que este caso forma parte de un sistema de represión policial y judicial hacia el activismo climático. Recordó el caso de dos periodistas del Salto que fueron detenidas e investigadas por cubrir una protesta similar de Futuro Vegetal en el Museo del Prado.

Futuro Vegetal denunció que este juicio es parte de la criminalización de los movimientos climáticos. Hicieron referencia a la infiltración de un agente policial identificado en marzo, así como a las múltiples multas y detenciones durante la movilización del colectivo el pasado mes de abril. Además, recalcaron las imputaciones a los mediadores con la policía y a los periodistas que cubren las acciones. Desde el colectivo afirmaron que esta estrategia de represión política busca debilitar y romper el tejido social mediante la deslegitimación y judicialización de la protesta, lo cual sienta las bases para autocracias.

 

Falta de libertad de manifestación

 

Futuro Vegetal también recordó la falta de libertad de manifestación que sufrieron los activistas climáticos egipcios durante la COP27. Destacaron que varias activistas climáticas fueron detenidas días antes del inicio del evento, a pesar de que el objetivo de los activistas es que todos puedan conocer la situación de emergencia a la que nos enfrentamos.

El colectivo hizo hincapié en la urgencia de abordar la crisis climática y criticó las políticas actuales que conducen a un aumento de 2,5 ºC en 2060, lo cual implica una mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos y pone en riesgo la vida de los cultivos de consumo humano y las consecuentes pérdidas de cultivo y hambrunas. Desde la web de Futuro Vegetal exigieron al gobierno que ponga fin a las subvenciones a la ganadería y las destine a promover alternativas social y ecológicamente responsables basadas en plantas, como parte del necesario cambio de sistema agroalimentario.