Activistas se han manifestado frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York para denunciar "el estancamiento" de las negociaciones de la ONU para un nuevo Tratado Global de los Océanos que, después de una semana, se encuentra en punto muerto "debido a la falta de voluntad política", como denuncia Greenpeace.

 

Urgencia de un Tratado fuerte

 

Por ello, los activistas han marchado por los océanos en la ciudad de Nueva York, con representantes de las comunidades y han pedido más urgencia para garantizar que se alcance "un Tratado fuerte" en 2022. Además, Greenpeace ha escrito cartas a los gobiernos de todo el mundo en el que instan a enviar a la sede de Naciones Unidas a sus ministros de alto rango a la segunda semana de conversaciones, que concluyen el 26 de agosto.

La ONG asegura que algunas delegaciones del Norte Global se niegan a hacer concesiones para satisfacer las necesidades del Sur Global en temas clave relacionados con la equidad y algunos representantes mantienen su argumento de que el propósito principal de un área marina protegida no debe ser la conservación, entre otras cuestiones.

 

Crisis oceánica

 

"En Mauricio, ya estamos sintiendo los impactos de la crisis oceánica. Las negociaciones no se están moviendo lo suficientemente rápido y necesitamos acción ahora. Los delegados no reconocen la urgencia de la situación y pasan horas debatiendo puntos menores que se cerraron hace décadas. Me están fallando a mí, a las comunidades de las islas y a las generaciones futuras", denuncia Shaama Sandooyea, una activista de Mauricio presente en la marcha en Nueva York.

La responsable de océanos de Greenpeace España, Pilar Marcos, asegura que "el tiempo se acaba para los océanos" y que, si no se logra un Tratado "ambicioso" en 2022, será "prácticamente imposible" proteger el 30 por ciento de los océanos mundiales para 2030.