El agujero de la capa de ozono ha detenido su crecimiento y "en un futuro cercano" se podrá hablar de "recuperación integral", después del "trabajo de todos los países", según ha informado el director general de calidad y evaluación ambiental del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Javier Cachón.
Durante la inauguración del acto de conmemoración del 30 aniversario del Protocolo de Montreal, el director general ha asegurado que "el resultado del trabajo de todos los países ha sido de tal éxito" que hoy se puede decir que se asiste a "la recuperación de la capa de ozono". "Vamos a ser capaces de contemplar en un futuro cercano su recuperación integral", ha garantizado.
Cachón ha calificado de "éxito" el Protocolo de Montreal que se firmó en 1987 por todos los países y cree que debe ser un ejemplo a imitar en la lucha contra el cambio climático.
En la jornada conmemorativa Al cuidado de toda la vida en el planeta: todos somos héroes por el ozono, Cachón ha dicho que este es un caso "de auténtico éxito" porque es "de los pocos que tiene un carácter universal" ya que ha sido firmado "por todos los países de la tierra", que se comprometieron con la protección de la capa de ozono y a reducir los gases que la perjudican.
Un ejemplo de una acción global exitosa
Esta semana marca el 30 aniversario de la firma del Protocolo de Montreal sobre sustancias que agotan la capa de ozono, el primer tratado en la historia de la ONU en lograr la ratificación universal.
La ciencia ambiental hizo que sucediera y que décadas después el problema esté en vías de solución. Científicos británicos del Natural Environment Research Council (NERC) y el British Antarctic Survey (BAS) –Joe Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shanklin–, dieron la alerta a través de la revista Nature en 1985, con su observación de grandes pérdidas de ozono sobre la Antártida, señal de un peligroso adelgazamiento de la capa de ozono en todo el mundo.
La investigación atmosférica posterior demostró el efecto de los gases artificiales sobre la capa de ozono y las consecuencias para la salud del ser humano, ya que los rayos ultravioleta del Sol podían así penetrar la atmósfera más fácilmente.
Con esta evidencia, los gobiernos de todo el mundo tomaron medidas y crearon el Protocolo de Montreal de 1987, que fue firmado el 16 de septiembre. El protocolo, junto con otros instrumentos legislativos adicionales, ha garantizado la eliminación rápida de las sustancias que agotan el ozono.
Jonathan Shanklin, uno de los descubridores del agotamiento del ozono en la Antártida, dijo: "El Protocolo de Montreal es un acuerdo notable cuyos efectos estamos viendo ahora. Los signos de recuperación del agujero de ozono son cada vez más evidentes, lo que tendrá enormes beneficios para la sociedad con menos casos de problemas relacionados con los rayos UV y demuestra que cuando la política y la ciencia funcionan conjuntamente, puede resultar en una acción eficaz".
Carolyn Graves, meteoróloga de BAS que toma las mediciones diarias del ozono en el verano antártico en la Halley Research Station, dijo: "Me siento extremadamente privilegiada de estar involucrada en el monitoreo del agujero de ozono, y es especialmente gratificante observar su recuperación como resultado de una historia de éxito de la política científica".
Después de 30 años, el Protocolo de Montreal continúa siendo un ejemplo fantástico de una acción global exitosa para abordar un problema medioambiental mundial. Las recientes observaciones que indican que el agujero de ozono parece estar en el camino de la recuperación, lo ejemplifica, subraya el NERC en un comunicado.
Cómo se produce
El agujero de ozono antártico es causado por cloro y bromo en la atmósfera, que provienen de clorofluorocarbonos (CFC) y halones. El agujero mismo comienza a formarse cuando la luz solar regresa al final del invierno antártico, y alcanza su mayor extensión cada septiembre, antes de desaparecer de nuevo a mediados de verano.
La cantidad de sobrecarga de ozono debe seguir un patrón estacional regular. Esto es lo que ocurrió durante los primeros 20 años de las mediciones de BAS, pero a finales de 1970 se observaron claras desviaciones. En cada primavera sucesiva la capa de ozono era más débil que antes, y en 1984 estaba claro que la estratosfera antártica estaba cambiando progresivamente.
El ozono estratosférico se mide en las estaciones de investigación de Halley y Rothera. Las mediciones diarias del ozono se toman como parte del monitoreo a largo plazo, que es financiado por NERC. En Halley, las mediciones se toman siete veces al día en la temporada de verano, cuando el sol está lo suficientemente alto para hacerlo. Las mediciones de ozono de la Estación de Investigación de Halley, que se han registrado desde 1957-58, condujeron al descubrimiento del agujero en la capa de ozono en 1985.
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