Esta mortalidad dentro de unos 30 años podría suponer unos 50.000 millones de euros por los distintos costes, tanto sanitarios como sociales y económicos. "Sabemos que después de una ola de calor aumentan los ingresos hospitalarios en pacientes con Parkinson, por ejemplo. Hay que actuar ya en zonas y grupos de riesgo, como las embarazadas, a través de los planes de prevención", reclamó el experto durante una jornada organizada por los ministerios de Sanidad y Transición Ecológica ayer miércoles para abordar la contaminación del aire y sus implicaciones en la salud.
Durante intervención, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, calificó esta cuestión como "prioritaria" por los "riesgos implicados para la salud". "La contaminación del aire aumenta las muertes por problemas cardiovasculares y por enfermedades respiratorias, conlleva también menor peso al nacer, mayor número de nacimientos prematuros y se sabe que afecta al desarrollo psicológico durante la infancia", precisó.
En este sentido, añadió que vivir cerca de vías de tráfico intenso, por ejemplo, puede ser responsable de hasta el 15 por ciento de los casos de asma en niños, y en un porcentaje similar en adultos y mayores de 65 años con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o enfermedades coronarias. "Las condiciones sociales y económicas determinan la salud de las personas, pero también la mala calidad del aire afecta singularmente", denunció.
De hecho, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en España se produjeron durante 2015 unas 38.600 muertes prematuras relacionadas con la contaminación del aire. "Estos datos indican que hay que actuar sobre todos los factores, como las emisiones industriales, calefacciones o el tráfico, que son un factor clave en las ciudades", admitió la ministra.
"Si no abordamos este asunto y no lo consideramos un determinante de la salud, la situación empeorará. Es evidente la necesidad de aplicar medidas eficaces para reducir la exposición a la contaminación. Los costes sanitarios y los ingresos hospitalarios, en definitiva, se reducirían con políticas valientes, como puede ser la buena ordenación del tráfico en el medio urbano", aseguró Carcedo.
Siete millones de víctimas en todo el mundo
Por otra parte, la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira,hizo saber que hasta 7 millones de personas en todo el mundo mueren por causas relacionadas con la contaminación del aire al año. "Pueden ser evitadas con políticas como planificar mejor la movilidad o cambiar la forma de consumir y producir. Estamos comprometiendo el futuro. Tenemos que empezar a pensar qué hacer para que no sea así. No estamos hablando de cuestiones ambientales, sino de cómo afecta a la salud de nuestros hijos", reflexionó.
La clave, a su juicio, es apostar por una transición ecológica "ambiciosa", así como "acabar con el mito" de que este tipo de políticas medioambientales "suponen un gran coste". "La cuestión es la ambición que vamos a poner para que la transición sea rápida y de alta consistencia. También cuántas vidas estamos dispuestos a sacrificar", valoró.
En la misma línea, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistió en que "existen alternativas" para luchar contra la contaminación del aire. "Debemos preocuparnos en facilitar el cambio pensando a dónde queremos llegar. Hay que mitigar el impacto generando alternativas y superando los problemas que origina la calidad del aire. Una sociedad no puede avanzar si no protege a sus ciudadanos, tanto presentes como futuros", proclamó la ministra durante la clausura de la jornada, que se enmarcó en un ciclo de eventos de alto nivel para la Transición Ecológica.