Un gran número de investigaciones muestran las consecuencias del cambio climático en las placas de hielo de la Antártida y en el nivel del mar. Sin embargo, los efectos de este fenómeno climático sobre la biodiversidad hasta ahora no habían sido examinados.
Un estudio, liderado por Jasmine Lee, experta en Biología de la Conservación de la Universidad de Queensland (Australia), ha evaluado por primera vez de forma cuantitativa los impactos del calentamiento global en las especies antárticas –focas, pájaros de mar, nematodos, microbios y vegetación– de las regiones libres de hielo.
Los resultados, publicados en Nature, afirman que en el transcurso de este siglo, el aumento de las superficies terrestres sin hielo expandirá el hábitat de la fauna y flora antárticas e incrementará la biodiversidad del lugar.
La mayor disponibilidad de territorio no solo beneficiará a los seres vivos de la región, señalan los científicos, también permitirá la entrada de nuevas especies invasoras que, en la lucha por la supervivencia, provocarán consecuentemente la homogenización y extinción de especies en el continente blanco.
17.000 kilómetros cuadrados libres de hielo
Los expertos han realizado el estudio teniendo en cuenta el peor de los dos escenarios previstos por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Bajo este contexto, a finales de siglo, las zonas libres de hielo se expandirán 17.000 kilómetros cuadrados y aumentarán en un 25% su espacio. El 85% de deshielo se producirá en el norte de la península antártica y el otro 15% en puntos concretos de la costa este y en algunas islas de sur.
Sin embargo, por ahora, los investigadores no han averiguado si las consecuencias positivas del calentamiento global en las especies antárticas contrarrestarán a las negativas. Así, los expertos advierten sobre la necesidad de realizar estudios a largo plazo que determinen los impactos de este fenómeno en la biodiversidad del lugar.
Si se reducen las emisiones de gas y se mantiene el aumento global de la temperatura por debajo de los 2 ºC, los científicos indican que los efectos sobre el hábitat y la biodiversidad podrían disminuir a finales de siglo.
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