El Gobierno ha optado por una primera acogida humanitaria de los 629 migrantes que viajaban en el Aquarius y que se dirigen hacia Valencia. Así lo entienden fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, después de que en el Ejecutivo se especulara esta misma tarde con que ninguno de los migrantes sería ingresado en un Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) –instalaciones donde se les interna hasta 60 días para proceder a su devolución al país de origen–.
La vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra ha señalado poco después, tras presidir la comisión que coordina la acogida, que la Delegación del Gobierno "ha dejado muy claro que se iba a aplicar el criterio de excepcionalidad que permite dar un estatus de refugiado y de persona que es acogida" dada la "excepcionalidad y emergencia" de la situación, al margen de que después individualmente cada persona pueda tener motivos de asilo o refugio.
Además, ha indicado que el tiempo de estancia hasta darles un destino será "el mínimo posible" para darles recursos "más permanentes y estables". "Iremos paso a paso. Hay diferentes CCAA que se han ofrecido a acoger personas, pero eso hay que hablarlo con el Gobierno", ha indicado.
Los expertos consultados aclaran que hasta el momento el Ejecutivo no ha dicho que vaya a dar permisos de residencia a cada uno de los migrantes del Aquarius, sino que opta por darles una cobertura de protección humanitaria, lo que implica abrir expedientes, identificar a cada uno de ellos y a partir de ahí, estudiar cada caso.
En este sentido, señalan que si todos entran por razones humanitarias y se descarta la apertura de expedientes de devolución –aplicados generalmente a aquellas personas interceptadas intentando entrar en España por fronteras no habilitadas–, habrá que estudiar posteriormente quienes cumplen requisitos para optar a la protección internacional –solicitantes de asilo/refugiados–, protección subsidiaria –familiares de los anteriores–, o reciben un permiso por razones humanitarias por haber sido, por ejemplo, víctimas de trata con fines de explotación sexual, o por tener enfermedades que requieren tratamiento en España, entre otros motivos.
Así, la primera directriz que apunta el Gobierno, según estos expertos, es que sean recibidos con dignidad, que puedan recibir alimentación, ropa y ubicación y, posteriormente, estudiar cada caso. Pero insisten habrá que analizar cada situación y cada expediente llevará su camino. Algunos encajarán en la protección internacional y otros en las razones humanitarias. La voluntad del Gobierno es, en definitiva, que vayan por la vía de las razones humanitarias.
Sin embargo, los juristas avisan de que en las identificaciones pueden aparecer, por ejemplo, personas que ya han sido expulsadas de España o de Europa, con antecedentes penales, algo que saldrá a la luz con la identificación policial. En estos casos, también puede haber quien, habiendo sido expulsado o devuelto con anterioridad, cuente con una historia personal reciente que le permita acceder a las razones humanitarias en esta ocasión –por ejemplo, una enfermedad no curable en su país de origen–.
La mayoría, según prevén, optarán a la vía de las razones humanitarias o la protección internacional. Son dos procesos diferentes, en la primera se otorga un permiso por razones humanitarias y en la segunda se abre un procedimiento de asilo.
¿Hay diferencia con los que llegan en patera a España?
En principio, la situación de los migrantes del Aquarius no difiere de ninguna manera con la de los migrantes que llegan a las costas españolas en patera, cayuco o lancha neumática y que son rescatados por Salvamento Marítimo. La única diferencia es que los 629 migrantes del #Aquarius pueden llevar en el mar muchos días y en condiciones que van empeorando su situación física y psíquica, lo que puede justificar, según los expertos, un trato diferenciado.
De la mayoría de las personas que rescató el Aquarius se sabe seguro que partieron de Libia, un país donde fueron maltratados, según aseguran los expertos, usados como esclavos, agredidos o vendidos como animales, y que proceden de países en conflicto, trata de mujeres o pueden ser refugiados sirios. Pero, como concluyen, habrá muchas nacionalidades y primero hay que recibirlas, acogerlas y a partir de ahí estudiar cada caso.
Fuentes del Ejecutivo han negado en todo caso que esta actuación vaya a suponer un "efecto llamada" y no descartan la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en Valencia. También revelan que en un principio las ONG se opusieron al traslado a Valencia para presionar a Italia.