El camino inmutable del Nilo ha sido un misterio geológico porque los ríos de larga vida generalmente se mueven con el tiempo. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EE. UU) han resuelto ahora el caso al vincular el flujo del río con el movimiento de la roca en el manto profundo de la Tierra.
En el curso de su investigación descubrieron que el río eterno era mucho más antiguo de lo que se creía y estimaron que la edad del Nilo es de 30 millones de años, aproximadamente seis veces más de lo que se pensaba anteriormente, según un estudio que publican en la revista 'Nature Geoscience'.
Descubrieron que si no fuera por el movimiento del manto que mantenía el río en curso, el Nilo habría girado hacia el oeste hace mucho tiempo, probablemente cambiando el curso de la historia junto con él. Los antiguos egipcios consideraban que el río era la fuente de toda la vida. Su constante camino hacia el norte ha alimentado los valles fértiles del noreste de África durante millones de años y, al hacerlo, dio forma al curso de la civilización humana.
"Una de las grandes preguntas sobre el Nilo es cuándo se originó y por qué ha persistido durante tanto tiempo", explica el autor principal, Claudio Faccenna, profesor de la Escuela de Geociencias de Jackson, en la Universidad de Texas. "Nuestra solución es realmente bastante emocionante", se felicita.
Los resultados deberían resolver un debate histórico sobre la edad del río y proporcionar evidencia de que el lento movimiento del manto profundo es una de las fuerzas clave que dan forma al paisaje y los procesos geológicos de nuestra Tierra.
El manto de la Tierra está compuesto de roca sólida que fluye como un fluido durante largos períodos. Al igual que las corrientes en un océano, las diferentes áreas del manto tienen diferentes patrones de circulación.
En el documento, los investigadores, procedentes también de la Universidad de Florida, de la Universidad de Quebec (Canadá), la Universidad de Milano-Bicocca, en Milán (Italia) y el Servicio Geológico de Israel y la Universidad Hebrea de Jerusalén, compararon la naturaleza inclinada de la topografía del Nilo con una cinta transportadora de roca de manto que empuja contra las tierras altas de Etiopía en el sur tirando de la superficie hacia el norte. De principio a fin, el suave gradiente mantiene el Nilo en un rumbo constante hacia el norte.
La investigación incluyó el rastreo de la historia geológica del Nilo mediante el estudio de rocas volcánicas antiguas en las tierras altas de Etiopía y su correlación con enormes depósitos de sedimentos de ríos enterrados bajo el Delta del Nilo.
Esto les indicó a los investigadores que después de crecer drásticamente, las tierras altas de Etiopía se han mantenido a una altura similar durante millones de años, lo que los investigadores atribuyen al soporte de la roca del manto desde abajo. "Sabemos que la alta topografía de la meseta etíope se formó hace unos 30 millones de años", señala Becker.
Hasta ahora, sin embargo, no estaba claro cómo se ha mantenido esta topografía durante tanto tiempo. El equipo verificó sus hallazgos utilizando simulaciones por computadora que recrearon 40 millones de años de actividad tectónica de placas de la Tierra.
Simulación por ordenador
El modelo mostró la llegada de un penacho de manto caliente que probablemente condujo al derramamiento de lava que formó las Tierras Altas de Etiopía mientras se activaba una cinta transportadora en el manto que persiste hasta nuestros días.
La simulación reprodujo los cambios en el paisaje casi exactamente como esperaban los científicos, incluidos pequeños detalles en el paisaje, como los rápidos de aguas blancas que se encuentran a lo largo del Nilo.
La capacidad del modelo para refinar detalles tan pequeños fue una gran sorpresa y un importante hallazgo de investigación, señala Glisovic. "Creo que esta técnica nos da algo que no teníamos en el pasado", añade.
Eric Kirby, profesor de la Universidad Estatal de Oregón y experto en elevar paisajes, dijo que la combinación de datos geológicos diversos con modelos geofísicos de vanguardia fue clave para la investigación. "Sin ninguna pieza, no se obtendría un resultado tan convincente", explica Kirby, que no participó en el estudio.
El equipo ahora espera aplicar la técnica a otros ríos como el Yangtze y el Congo. La investigación fue apoyada por la NASA y una subvención del Ministerio de Educación, Universidad e Investigación del Gobierno italiano.
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