El trabajo del equipo internacional lo ha atribuido a dos motivos, al aumento del CO2 en la atmósfera que provoca más crecimiento de los bosques y más demanda de nitrógeno, y al cambio climático, según ha informado el Creaf este jueves en un comunicado.
No obstante, la observación ha precisado que en Estados Unidos y Europa a estas dos justificaciones hay que sumarle las regulaciones de las centrales eléctricas de carbón, ya que pese a que mejoró la calidad del aire, se redujo la cantidad de nitrógeno que llegaba a los ecosistemas.
La investigación ha detallado que en los últimos 40 años se ha perdido un 9% de nitrógeno, por esta razón, se ha apuntado que ha frenado el crecimiento de plantas y puede tener un efecto cascada que acabe comprometiendo las necesidades nutricionales de los animales herbívoros que se alimentan de ellas.
Para llegar a esta conclusión, los expertos han creado una base de datos con más de 43.000 entradas en las que se han analizado la concentración de nitrógeno en las hojas de isotopos, procedentes de todos los climas y biomas del mundo entre 1980 y 2017.