El Parlamento británico declaró estos días una emergencia climática" de carácter simbólico en respuesta a una petición del líder laborista y de la oposición Jeremy Corbyn, quien reclamó al Gobierno conservador de Theresa May "medidas drásticas y urgentes" para proteger el medio ambiente de cara a las generaciones venideras.
La medida fue aprobada como una moción de oposición, utilizando un procedimiento habitualmente ignorado por el Gobierno británico, y no tiene ningún tipo de consecuencia para la política medioambiental del país. Simplemente es un guiño al cada vez más destacado movimiento juvenil por el planeta, que se manifiesta los viernes siguiendo el liderazgo de la adolescente sueca Greta Thunberg.
Este activismo se ha representado en protestas como la llevada a cabo el grupo Extinction Rebellion, que paralizó el centro de Londres en las últimas semanas.
"No tenemos tiempo que perder. Estamos viviendo una crisis climática que se saldrá peligrosamente fuera de control a menos que tomemos medidas rápidas y dramáticas ahora", proclamó Corbyn ante el pleno de la Cámara de los Comunes.
"Hoy tenemos la oportunidad de decir: 'Os escuchamos' ... Al convertirnos en el primer Parlamento del mundo en declarar una emergencia climática, podríamos, y espero que lo hagamos, desencadenar una ola de acciones de los parlamentos y Gobiernos de todo el mundo", proclamó el secretario general del Partido Laborista ante la cámara.
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