La pesca eléctrica está prohibida en aguas comunitarias desde 1998, aunque una serie de derogaciones permiten este método en el Mar del Norte, donde lo usan un total de 75 barcos holandeses y 3 belgas.
Los eurodiputados aprobaron con 402 votos a favor, 232 en contra y 40 abstenciones la enmienda que proponía eliminar la excepción que permite la utilización de redes de arrastre con impulsos eléctricos en esas zonas concretas de este mar a un máximo del 5% de la flota.
No obstante, el voto de la Eurocámara únicamente fijaba la posición negociadora de la misma con respecto al nuevo reglamento sobre medidas técnicas de pesca, que incluye nuevas reglas sobre cómo, dónde y cuándo es posible pescar en aguas de la UE, métodos de pesca autorizados y especies prohibidas, así como restricciones sobre aparejos y equipamiento.
Pérdida de calidad del pescado
Por tanto, ahora deben comenzar las conversaciones con el Consejo de la UE –la institución que representa a los Estados miembros– y la Comisión Europea, que la semana pasada defendió que la pesca eléctrica puede llegar a ser "un método más respetuoso con el medio ambiente" que el arrastre tradicional con redes de vara.
Sin embargo, expertos y ecologistas creen que este método, que emite descargas por el fondo marino generadas por las redes de arrastre, a las que se sacan los pesados portalones y se añaden electrodos en su estructura para crear un campo eléctrico, esquilma todo lo que encuentra a su paso. Los peces, pero también el resto de habitantes de los fondos, quedan aturdidos por las descargas y las redes se encargan de recogerlos. Incluso un colectivo de 120 chefs ha expresado su disconformidad con un sistema de pesca que a su juicio deteriora la calidad del pescado obtenido.
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