El número de fallecidos por el tsunami que golpeó el sábado las costas que rodean el estrecho de la Sonda, en Indonesia, ha aumentado a 429 personas, mientras que más de 1.500 han resultado heridas y todavía se busca a 154 desaparecidos, según ha informado hoy martes la Agencia de Mitigación de Desastres del país asiático (BNPB).
Hasta el lunes se habían contabilizado 222 víctimas mortales y 843 heridos como consecuencia de las olas, originadas tras una erupción del volcán Krakatoa. Pero el paso de las horas no hace sino aumentar la cifra de fallecidos y perder paulatinamente la esperanza de hallar a los perdidos con vida.
El tsunami, provocado casi con toda seguridad por un gigantesco corrimiento de tierras submarino tras la erupción del volcán, ha afectado a varias zonas del estrecho de la Sonda, que separa las islas indonesias de Java y Sumatra, y sirve de enlace entre el mar de Java y el océano Índico.
Allí hay numerosas áreas turísticas, como precisamente una de las más afectadas, la playa de Tanjung Lesung, en la localidad de Pandeglang, donde al menos 250 empleados de la empresa estatal de servicios públicos PLN disfrutaban de un evento organizado por la compañía junto a sus familias.
Al menos 92 personas han muerto en esta playa, entre ellas siete asistentes al evento, según un portavoz de la empresa, que cifra en 89 el número de asistentes no localizados. Otros 35 fallecidos han sido confirmados en Lampung Sur. Todavía no hay una estimación general en cuanto al número de desaparecidos.
Las primeras informaciones sobre daños materiales detallan al menos 430 viviendas casi destruidas, nueve hoteles "muy dañados" y decenas de embarcaciones afectadas, de acuerdo con el portavoz de la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho.
Las autoridades han advertido a los residentes y a los turistas que se encuentran en las zonas de costa a lo largo del estrecho que se mantengan lejos de las playas, ya que la alerta por tsunami y fuerte oleaje se mantendrá activa hasta el 25 de diciembre. Los equipos de rescate continúan trabajando sin descanso entre los escombros para intentar encontrar a los desaparecidos. Más de 3.000 residentes de esta zona costera, muy turística, han tenido que ser evacuados y unas 11.700 personas ha sido desplazadas como consecuencia del maremoto, que ha provocado también importantes daños materiales a más de 600 viviendas, unos 70 hoteles y villas, 60 comercios y más de 400 embarcaciones.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, ha visitado este lunes las zonas afectadas por el tsunami. "Tras partir esta mañana en helicóptero de Bogor, en Java Occidental, visité Bantén para ver con mis propios ojos los estragos tras el tsunami del domingo pasado en el estrecho de Sonda. Pido a todo el país que recemos para que Él nos proporcione salvación, paciencia y fortaleza. Amén", ha asegurado el mandatario en su cuenta de Twitter.
Hacen falta alimentos y agua potable
Por su parte, la ONG Oxfam International está preparando las primeras evaluaciones de las necesidades de la población tras el desastre. "Un equipo de evaluación de Oxfam parte hoy al estrecho (de la Sonda) para reunir más información de lo que ha ocurrido y de qué podemos hacer. Sabemos que las comunidades afectadas necesitarán alimentos y agua potable", ha apuntado la directora humanitaria de Oxfam Australia, Meg Quartermaine a través de un comunicado.
Quartermaine ha recordado que hace apenas tres meses un terremoto de 7,4 de intensidad en la escala de Richter sacudió la costa de Sulawesi, también en Indonesia. Oxfam tiene una importante presencia en Indonesia y ha prestado ayuda a más de 100.000 personas en Sulawesi con la distribución de más de 17.000 neceseres de higiene, la construcción de decenas de inodoros, cañerías y puntos de distribución de agua.
La mayor explosión de la historia
Indonesia forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, la zona que concentra más del 75 por ciento de los volcanes del mundo y a la que corresponde el 80 por ciento de los terremotos más importantes. La isla donde se halla el Krakatoa se sitúa en el punto donde se ubicó otra isla del mismo nombre con tres cráteres que saltó por los aires en 1883 en una de las explosiones volcánicas más potentes de las que se tiene conocimiento. En mayo de 1883 comenzó una serie de erupciones que continuaron hasta el 27 de agosto de ese mismo año, cuando una explosión cataclísmica destruyó gran parte de la isla.
La mayor de las explosiones desató una energía de 350 megatones, lo que equivale a 10.000 veces la bomba atómica de Hiroshima. Fue percibida en un 10% del globo terráqueo, y la onda expansiva llegó hasta la isla de Madagascar y Australia (la distancia aproximada entre ambas es de unos 7.600 km). Los tsunamis posteriores alcanzaron los 40 metros de altura y destruyeron 163 aldeas a lo largo de las costas de Java y Sumatra, matando a 36.417 personas. La ceniza de la explosión alcanzó los 80 kilómetros de altitud y viajó por la superficie del mar por todo el planeta. Tres años después, observadores de todo el mundo describían los brillantes colores que podían verse durante el crepúsculo y el alba, ocasionados por la refracción de los rayos solares en las partículas en suspensión.
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