Los gobiernos de la Unión Europea pactaron esta semana su posición con respecto a la futura directiva sobre el agua potable, en la que se comprometen a adoptar las medidas necesarias para mejorar el acceso a este recurso, en particular por parte de los grupos vulnerables, y a fomentar el suministro de agua gratuita del grifo en bares y restaurantes.
La revisión de la directiva actual, que se adoptó hace más de veinte años, busca actualizar las normas sobre calidad del agua potable. Además, incluye nuevas disposiciones para unificar los criterios sobre materiales que pueden entrar en contacto, por ejemplo en tuberías, con el agua destinada a consumo humano, como el plomo, el mercurio o el níquel.
La reforma de la normativa, por otro lado, responde a la primera Iniciativa Ciudadana Europea que logra prosperar, con el nombre de Right2Water. Las negociaciones con el Parlamento Europeo, no obstante, no comenzarán hasta el segundo semestre del año, una vez que esté constituida la nueva Eurocámara tras las elecciones del 26 de mayo.
Mas allá de criterios sobre la calidad del agua potable, la nueva directiva también insta a los Estados miembros a adoptar "todas las medidas necesarias" para "mejorar o mantener" el acceso al agua destinada al consumo humano, en particular para los grupos vulnerables, así como promover el consumo de agua del grifo.
Con respecto a este segundo punto, el texto pactado por los Veintiocho propone el fomento del suministro gratuito de agua del grifo en restaurantes, cantinas y servicios de comidas, la organización de campañas destinadas a informar a los ciudadanos sobre su calidad y impulso a su suministro en edificios públicos.
En relación a la mejorar del acceso a agua potable, los países del bloque comunitario "garantizarán que se identifique a las personas sin acceso al agua destinada consumo humano" y "las causas de esa falta de acceso", así como que se evalúe cómo se puede atajar este problema y se informe a dichas personas sobre las posibilidades de conectarse a una red de distribución o de la existencia de otros medios alternativos.
La Comisión Europea presentó esta propuesta legislativa en febrero de 2018 y ya entonces subrayó que reducir el consumo de agua embotellada puede ayudar a los hogares europeos a ahorrar más de 600 millones de euros al año y, al mismo tiempo, contribuir a la reducción de los plásticos de un solo uso procedentes de botellas.
"El agua potable es una cuestión muy importante para todos, como ha puesto de manifiesto la Iniciativa Ciudadana Europea Right2Water. El mensaje está claro: se puede beber el agua del grifo en toda Europa sin tener que preocuparse por la salud", ha destacado Ioan Denes, ministro de Recursos Hídricos y Bosques de Rumanía, que este semestre ostenta la presidencia de turno de la UE.