Las noticias en torno a la guerra de Ucrania son cada vez más contradictorias. La perspectiva de un posible alto el fuego planea una y otra vez, pero nunca termina de concretarse.
Mientras, ambas partes continúan el intercambio de hostilidades en un frente con una mínima evolución, pero una tendencia favorable para Rusia.
Últimos movimientos en el frente

En el frente, la situación prosigue con su lentísima evolución y los mínimos avances rusos. En las últimas semanas Rusia ha reactivado algunos frentes que parecían estancados, con un lento avance en dirección a Kupiansk, en el noreste ucraniano, y ha relanzado ataques en el frente de Zaporiyia.
Mientras, la bolsa ucraniana que controlaba territorio ruso en las cercanías de Kursk, ha empezado a retirarse hacia territorio propio merced a la intensa ofensiva rusa y a la falta de valor estratégico que tiene ese terreno ante el posible nuevo escenario del conflicto.
Además de estos choques en el frente, el conflicto se caracteriza por los proyectiles de larga distancia, y especialmente, los ataques con drones. Ambas partes suelen dirigir sus ataques contra infraestructuras energéticas, como refinerías o centrales eléctricas. Ucrania ha lanzado varios ataques masivos contra suelo ruso como Crimea o zonas anexas al Mar de Azov o el Mar Negro, pero el más importante fue el ataque masivo lanzado sobre Moscú, con decenas de drones, la mayoría interceptados por las defensas rusas, pero que llegaron a provocar la muerte de tres personas.
En medio de este conflicto una comisión independiente de la ONU ha afirmado que Rusia ha cometido crímenes contra la humanidad en Ucrania. Así, acusa a los rusos de desapariciones forzadas y actos de torturas dentro de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil ucraniana.
Nuevo escenario para Ucrania
En el último mes el escenario ha cambiado en gran medida, especialmente en los apoyos para Ucrania. Tras unas largas negociaciones, el gobierno ucraniano llegó a un acuerdo con Estados Unidos para que pudiera explotar los minerales y tierras raras de su territorio, una de las principales riquezas del suelo ucraniano, a pesar de lo cual no se otorgarían contrapartidas directas en forma de armamento americano.
Pocos días después de alcanzar este acuerdo, Donald Trump dejó claro la imposibilidad de que Ucrania ingresara en la OTAN, así como su negativa a ofrecerle ciertas garantías de seguridad. Casi acto seguido explotó la gran polémica del viaje de Zelenski a Washington. En dicha visita debía firmarse el acuerdo sobre los minerales, pero en la rueda de prensa previa Zelenski mantuvo un agrio enfrentamiento en directo con Donald Trump y el vicepresidente JD Vance, con serias contradicciones y reproches por ambas partes. Este enfrentamiento provocó la cancelación de otras reuniones y, poco después, también se canceló el envío de armamento y ayuda militar americano a Ucrania.
Casi de manera automática y, en cierta manera, para contrarrestar las decisiones de Estados Unidos, la UE lanzó su propuesta Rearmar Europa. Con este plan los países de la UE incrementarían su gasto en defensa y toman algunas medidas especiales sobre Ucrania. El propio Zelenski propuso una tregua aérea y marítima a Rusia como un primer paso hacia la paz, y se aprovechó para reivindicar de manera casi obligatoria la presencia de Ucrania y la Unión Europea en las decisiones de alto el fuego y en las negociaciones sobre el futuro de la zona.
¿Un camino hacia la paz?
La fuerte presión que ha ejercido Donald Trump desde su llegada a la presidencia para que se llegara a un acuerdo de paz ha escrito un nuevo episodio en los últimos días.
La última propuesta realizada por Estados Unidos era de una tregua inicial de 30 días, presentada a Ucrania en unas reuniones de alto el fuego celebradas en la ciudad saudí de Yeda. Ucrania aceptó dicha propuesta, por lo que la cuestión quedaba supeditada a la decisión de Rusia. En esa cumbre también se trataron otros temas importantes a tratar en la posguerra como la liberación de los prisioneros de guerra y civiles y la vuelta de los niños ucranianos que habían sido trasladados a Rusia.
A la vez que se discute este plan de paz en el contexto internacional, también hay divergencias sobre las sanciones impuestas a Rusia. Los propios rusos, China e Irán han exigido el fin de esas sanciones, a pesar de lo cual la UE acaba de renovarlas por otro semestre. Mientras, Putin continúa sin dar su aprobación a la tregua presentada a pesar de los mensajes optimistas de Trump, por lo que parece que el mandatario ruso tiene la intención de dilatar el acuerdo y presentar varias objeciones y modificaciones antes de que se pueda alcanzar una tregua efectiva.
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