Continúa el lento avance en los frentes del conflicto ucraniano, donde Rusia sigue con su progreso tanto en el frente del Donbás como en la recuperación del territorio controlado por Ucrania en torno a Kursk.
En los últimos días la noticia más destacada ha sido el derribo por error de un avión civil kazajo por las defensas antiaéreas rusas, lo que ha provocado la preocupación por la seguridad aérea internacional.
Principales ataques rusos
Rusia continúa con su estrategia de desgaste y de lento avance en los principales frentes del conflicto. Dentro de sus ataques sistemáticos sobre Ucrania continúan los bombardeos sobre suelo ucraniano, entre los que destacan aquellos que golpearon Kiev y produjeron daños al aeropuerto y a varias embajadas de la capital. Otros objetivos principales de las ofensivas rusas son las infraestructuras energéticas situadas en suelo ucraniano, dentro de la búsqueda de la asfixia energética de Ucrania ante el próximo invierno.
Además de todo este tipo de ataques, ya sea con drones, artillería u otro tipo de proyectiles, los ejércitos rusos continúan con sus ligeros avances. En el frente de Kursk, continúa la lenta recuperación del terreno que Ucrania había ocupado en territorio ruso. En ese frente, la inteligencia de varios países ya habría detectado importantes bajas de los soldados norcoreanos allí destinados.
En cuanto al frente del Donbás, los principales avances del último mes se centran en las ciudades de Toretsk y Kurajove, ciudades situadas ambas en la zona oeste del oblast de Donetsk.
Los contraataques ucranianos
En cuanto a las ofensivas del bando ucraniano, también se han producido varios ataques a larga distancia. La ciudad de Kazán, a más de mil kilómetros de la frontera ucraniana, ha sido golpeada, pero otros puntos de Rusia muy alejados de Ucrania también han sufrido ataques como San Petersburgo o Ust-Luga, junto al norte de la frontera ruso-estonia. Ucrania también intenta golpear el estratégico territorio ruso anexionado de Crimea, sobre el que ha lanzado varios bombardeos y se ha librado algún combate aéreo.
Más allá del frente de guerra, un atentado con bomba reivindicado por el Servicio Secreto ucraniano golpeó el corazón de Moscú. Una explosión provocó la muerte del general ruso Igor Kirilov, jefe de las tropas de protección radiológica, virológica y química. Pocos días después las fuerzas de seguridad rusas detuvieron a una persona como presunta autora del ataque, que mostró una importante fisura en la seguridad rusa.
La proyección internacional del conflicto
La faceta internacional del conflicto se ha visto protagonizada por el derribo de un avión civil por las defensas antiaéreas rusas. El 25 de diciembre en Kazajstán se estrelló un avión civil que cubría la ruta Baku-Grozni, siniestro que causó la muerte de al menos 38 personas de las casi setenta que viajaban en él. La inteligencia de varias potencias ha confirmado que el aparato fue derribado por error por un misil antiaéreo ruso durante un ataque ucraniano sobre la ciudad de Grozni. Poco después, Putin reconoció de facto estos hechos, al confirmar que se había producido dicho ataque y que su país había usado las defensas antiaéreas cuando el avión pasaba por allí.
Mientras, Estados Unidos sigue como el principal apoyo de Ucrania, a la que envía ayuda en modo de dinero, armas o municiones. De hecho el país europeo importó por primera vez en su historia gas desde el país americano en un intento desesperado de luchar contra su carencia energética. Para complicar la situación en el suministro europeo de gas, el acuerdo que había con Gazprom para que enviase gas ruso a Europa a través de los gasoductos ucranianos ha caducado, por lo que las vías para enviar gas ruso a Europa están muy limitadas.