La Comisión Europea quiere eximir de controles y sanciones relacionados con los requisitos medioambientales que se deben cumplir para acceder a ayudas de la Política Agraria Común (PAC) a las pequeñas explotaciones agrarias, de menos de diez hectáreas, para aliviar aún más la carga administrativa del campo.
Relajación de los requisitos medioambientales
Así se lo ha adelantado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al primer ministro polaco, Donald Tusk, en una conversación telefónica previa a la presentación formal de la propuesta.
El principal objetivo de estas propuestas legislativas es aliviar la carga administrativa para los agricultores de la UE y dar a los agricultores y a los Estados miembro una mayor flexibilidad para cumplir determinadas condicionalidades medioambientales, según ha trasladado Von der Leyen al líder polaco.
La Comisión asegura que esto no comprometerá el nivel general de ambición en lo que respecta a los objetivos de protección medioambiental y climática de la política agrícola de la UE
Sin embargo, la Comisión asegura que esto no comprometerá el nivel general de ambición en lo que respecta a los objetivos de protección medioambiental y climática de la política agrícola de la UE.
La relajación de los requisitos medioambientales asociados a las ayudas de la PAC que ya anunció el Ejecutivo comunitario a finales de febrero con el ánimo de apaciguar las movilizaciones del campo a apenas tres meses de las elecciones europeas.
Se mantendrían las ambiciones medioambientales
Para recibir el apoyo de la PAC al que tienen derecho, los agricultores deben respetar un conjunto mejorado de nueve normas beneficiosas para el medio ambiente y el clima conocidas como 'BCAM', un principio de condicionalidad que se aplica a cerca del 90% de la superficie agrícola utilizada en la UE y desempeña un papel importante en la integración de prácticas agrícolas sostenibles.
Según datos del Ejecutivo comunitario, eximir a los pequeños agricultores de los requisitos asociados a estas normas simplificaría considerablemente el trabajo diario de los pequeños agricultores, que representan el 65% de los beneficiarios de la PAC, al tiempo que se mantendrían las ambiciones medioambientales, ya que estas sólo cubren el 9,6% de las superficies que reciben ayudas de la PAC.