La investigación llevada a cabo por parte del Servicio de Inspección de la Capitanía Marítima de Huelva de la Dirección General de la Marina Mercante ha finalizado con la apertura de un expediente a un buque mercante como responsable del vertido de hidrocarburo que se produjo el pasado día 17 de abril en la costa onubense.
De este modo, según han indicado a Europa Press desde la Dirección General de la Marina Mercante, el vertido, de entre cuatro y seis toneladas, se produjo en la zona del fondeadero a consecuencia de una actuación "negligente" durante la operación de suministro de combustible por parte del buque receptor, "lo que provocó el rebose del tanque y posterior derrame al mar".
Se estima que la sanción, una vez tramitado el expediente, superará los 200.000 euros, ya que la naviera responsable del buque tendrá que hacer frente a los gastos generados en la recogida y limpieza del combustible.
Cabe recordar que las investigaciones realizadas por el Seprona de la Guardia Civil sobre el vertido descartaron que el mismo viniera desde un colector de alcantarillado, que era una de las primeras hipótesis, por lo que se centraron en la posibilidad de que se produjera por parte de algún prestatario de servicios de suministro de combustible que diese suministro a algún buque en el fondeadero de Huelva.
Por ello, Capitanía Marítima recogió muestras de combustible de todos los barcos que estaban en la zona en el momento, y que fueron mandadas a un laboratorio para compararlas con los restos que se retiraron del agua, para que el análisis indicara desde qué embarcación pudo producirse este vertido, ya que "los combustibles tienen unos parámetros que los hace indentificables", por lo que se pueden comparar.
Asimismo, calcularon que el vertido se produjo sobre las 15,00 horas del sábado 17 de abril, aunque fue detectado a las 18,00 horas de ese mismo día, por lo que recabaron muestras de todos los barcos que tuvieron actividad desde las doce de la noche del día anterior.
Operativo de recogida del vertido
La mancha apareció en la zona final de la ría de Huelva, entre el Muelle Sur y el Puerto de Mazagón, y se trataba de una línea alargada a lo largo de un kilómetro y medio aproximadamente, con una pequeña extensión de fuel, que se valoró en torno a unas cinco o seis toneladas.
Tras la detención de la mancha, se activó en primer lugar el Plan Interior Marítimo del Puerto de Huelva, que movilizó tres remolcadores que estuvieron trabajando toda la tarde del sábado para combatir la mancha y recoger el hidrocarburo, trabajos que se realizaron hasta las 22,00 horas y que continuaron el domingo por la mañana, tras ser situada la mancha en la playa de Mazagón por el satélite de la Agencia Europea de Seguridad Marítima, que hace un barrido por el golfo de Cádiz.
Así, el helicóptero de Salvamento Marítimo realizó una revisión de la zona para ubicar la mancha, que a lo largo de la noche había recorrido la costa hasta ponerse a la altura de El Arenosillo, zona ya externa al Puerto de Huelva, por lo que desde Capitanía Marítima se activó el Plan Interior Marítimo (PIM) y asumió la dirección de la emergencia, apoyada por los medios del Puerto, a los que se sumaron una embarcación de Salvamento Marítimo, el remolcador María Zambrano y el helicóptero Helimer 207.
Este trabajo se realizó con barreras absorbentes que iban capturando la mancha, ya que la hilera se había roto en pequeños parches, que se localizaban con el helicóptero, mientras que el remolcador de altura prestaba apoyo logístico a las embarcaciones. Así se estuvo trabajando también durante todo el domingo hasta que por la noche no se encontraron ya manchas significativas, lo que motivó que en PIM fuera desactivado el lunes.
Estos restos volvieron a aparecer este lunes por la tarde, cuando la Junta de Andalucía activó la situación 1 del Plan de Emergencia ante el Riesgo de Contaminación del Litoral en la provincia (Pecla).
Los trabajos de limpieza de las manchas de hidrocarburo localizadas entre Matalascañas y Cuesta Maneli se alargaron hasta el jueves, y se recogieron manchas pequeñas y dispersas en forma de bolas, microbolas y algunas galletas. En total, se recogieron 18 bidones, que arrojaban alrededor de tres toneladas, en los que se guardaron los restos de la mezcla resultante de las tareas de limpieza.