FAPAS ha revisado todo su material gráfico obtenido con cámaras de fototrampeo desde el año 2018 y ha detectado la presencia de lobos con problemas de movilidad, "algunos muy graves", han señalado.
"A la presencia de lobos con restos de cables enroscados en el cuello, ahora hay que añadir la presencia de lobos con patas rotas deambulando por las montañas de Asturias", han indicado a través de nota de prensa.
Según han señalado, "al principio, no se dio importancia a esta situación, pero tras la revisión se ha podido comprobar que los lobos con problemas comienzan a aparecer a partir del año 2018 y que algunos ejemplares están asociados a grupos familiares donde también aparecen lobos que han sido capturados y a los que les ha instalado un collar de seguimiento".
Las imágenes evidencian, para la entidad, la disminución física de estos ejemplares "que se ven imposibilitados a mantenerse dentro del grupo familiar y obligados a subsistir en precarias situaciones". "No es descartable que estos lobos tengan que alimentarse acudiendo a zonas donde pueden encontrar despojos, ya que están imposibilitados para la caza", han recordado.
El Seprona de la Guardia Civil tiene abierta una investigación por orden del Tribunal Superior de Justicia de Asturias para determinar la autoría de la colocación de trampas, por lo que FAPAS enviará los vídeos que posee para adjuntarlos como evidencias de lo que está sucediendo.