Un potente terremoto de 7,4 grados en la escala Richter ha sacudido la isla asiática de Taiwán. El seísmo se ha producido a unos 35 kilómetros de profundidad cerca de Hualien, en la costa oriental taiwanesa.
El suceso ha tenido lugar sobre las 07.58 horas de la mañana, hora local, y supone el peor seísmo de los últimos 25 años del país asiático.
Víctimas personales
El temblor ha provocado la muerte de al menos nueve personas y casi un millar resultaron heridas. Siete personas fallecieron en una ruta de senderismo al verse sorprendidas por la caída de piedras, y también se perdió el contacto con unas 50 personas que viajaban en cuatro minibuses en dirección a un hotel ubicado dentro del Parque Nacional Taroko.
Decenas de personas se encuentran atrapadas en diversos túneles, así como en zonas turísticas próximas al lugar del seísmo. El condado de Hualien es un entorno muy montañoso y turístico, que se encuentra relativamente aislado del resto de la isla de Taiwán, por lo que la llegada de los equipos de rescate y ayuda a los afectados puede complicarse.
Daños materiales causados por el seísmo
En cuanto a los daños materiales, más de una veintena de edificios cercanos al epicentro se han derrumbado y otros han quedado gravemente dañados por el temblor. La zona oriental de la isla ha sufrido los mayores desperfectos por el seísmo, generándose derrumbes y deslizamientos de tierra y piedras. Las autopistas y carreteras que unen la zona con el resto de la isla se han colapsado, con múltiples tramos cortados por los desprendimientos. En un primer momento también hubo un corte generalizado de energía tras el terremoto, aunque poco a poco fue volviendo a la normalidad.
El alcalde de Taipei ha declarado el nivel 2 de emergencia por desastres, desplegando todos los equipos disponibles y llamando a la población a la precaución y la calma. Ha llegado a emitirse una alerta de tsunami, también dirigida a Japón y Filipinas, pero poco después se ha levantado al no existir ese riesgo de ola gigante.
La dinámica tectónica de Taiwán
En la zona cercana al epicentro se han concentrado varias decenas de réplicas, la más fuerte de ellas acontecida apenas un cuarto de hora después del primer temblor, con una magnitud de 6,4 grados y apenas una treintena de kilómetros al norte. En las horas posteriores al terremoto ha habido al menos una veintena de temblores de magnitud 5 o superior.
Este terremoto ha sido el más fuerte que ha sufrido Taiwán en los últimos 25 años. El último con una magnitud similar sucedió en septiembre de 1999, cuando un temblor de 7,3 grados produjo unas 2.500 víctimas mortales y más de 11.000 heridos.
Taiwán está situada en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico. Esta zona es de gran riesgo sísmico, al estar situada en la zona limítrofe entre la placa Euroasiática y la placa Filipina, por lo que los terremotos suelen ser relativamente frecuentes.