Greenpeace ha cubierto escaparates de tiendas de moda rápida de la Gran Vía de Madrid para denunciar el "desastre socio-ambiental del Black Friday que fomenta un "consumismo que esquilma" los recursos del planeta.
Con pegatinas y pinturas con el mensaje 'Sin Stock. Planeta agotado', la ONG ha elegido establecimientos de moda rápida como "ejemplo de la punta del iceberg del consumismo" y de sus efectos ambientales y sociales.
Ciudades transformadas en centros comerciales
Para Greenpeace, la Gran Vía de Madrid es un "ejemplo" de cómo las ciudades están siendo transformadas en centros comerciales que asfixian a las pequeñas tiendas y promueven un consumo que esquilma los recursos del planeta y agrava el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
"El ritmo de consumo actual es insostenible y está destruyendo hábitats, generando emisiones de gases de efecto invernadero y basura que contamina agua, aire y suelos. Los gobiernos y las ciudades deben establecer normativas que regulen la producción, limiten la obsolescencia programada, prohíban la publicidad de las marcas contaminantes y fomenten una verdadera economía circular que no se base sólo en el reciclaje. Es necesario un cambio en el sistema para salvar el planeta", ha declarado la responsable de la campaña de Consumo de Greenpeace, Celia Ojeda.
Destructivo modelo de negocio
Por ello, Greenpeace reclama una regulación vinculante para que las marcas de moda rápida no continúen manipulando los límites de su destructivo modelo de negocio aumentando cada vez más los volúmenes de ropa que se fabrican.
Según Greenpeace, el uso actual de los recursos naturales es de media mundial 1,7 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerar. Este promedio global está muy descompensado, si el mundo entero consumiese como Estados Unidos serían necesarios hasta 5 planetas; en Australia, 4,1; Corea del Sur, 3,5; Rusia 3,3. España consume al año 2,5 planetas, manteniéndose en la media de la Unión Europea (5).
Desde 2015, las ventas del Black Friday han aumentado un 10-20 por ciento cada año. A este incremento hay que añadirle un cambio de patrón en el consumo a partir de 2019 donde se incrementó la compra on line. En 2019, el 33 por ciento de los consumidores españoles afirmó que realizaría compras para aprovechar el Black Friday. En 2020 esa cifra subió hasta el 40 por ciento.