El acto de sentarse a comer entraña la ingestión de más de 100 pequeñas partículas de plástico cada vez, procedentes de muebles y telas y mezcladas con el polvo doméstico que cae sobre los platos.
Científicos de la Universidad de Heriot-Watt han hecho este descubrimiento después de colocar placas de Petri que contenían trampas de polvo pegajoso sobre la mesa junto a los platos en tres casas a la hora de comer.
Se encontraron hasta 14 piezas de plástico en las placas de Petri al final de una comida de 20 minutos, el equivalente a 114 fibras de plástico que caen en el plato promedio dado su tamaño mucho mayor.
Los científicos concluyeron que una persona promedio ingiere hasta 68.415 fibras plásticas potencialmente peligrosas por año simplemente sentándose a comer.
Los investigadores se propusieron originalmente comparar las fibras plásticas encontradas en los mejillones con la cantidad en una comida casera promedio.
Encontraron menos de dos microplásticos en cada mejillón, lo que podría estar relacionado con el entorno marino, y concluyeron que la persona promedio puede consumir 100 partículas de plástico al año al comer los mariscos. Pero ingerirán de 13.731 a 68.415 fibras en un año durante las comidas debido al polvo doméstico.
Ted Henry, autor principal del estudio y profesor de toxicología ambiental en la Universidad Heriot-Watt, señala que "estos resultados pueden sorprender a algunas personas que pueden esperar que las fibras de plástico en los mariscos sean más altas que las del polvo doméstico".
Procedentes del polvo casero
"No sabemos de dónde vienen estas fibras, pero es probable que esté dentro del hogar y en un entorno más amplio", añade.
Las fibras de plástico que se encuentran en las comidas caseras no provienen de la comida o el ambiente de cocina, sino del polvo doméstico, creen los autores.
Comer es la manera en que los humanos pueden ingerir este polvo, así como respirarlo desde el aire.
Julian Kirby, de Friends of the Earth, agrega que "las microfibras plásticas encontradas en el polvo de nuestras casas y el aire que respiramos pueden provenir de llantas de automóviles, alfombras y muebles blandos, así como de ropas como chaquetas de lana".
"Estos arrojan con regularidad pequeñas partículas de plástico al medio ambiente, ya que están desgastadas. Necesitamos urgentemente que el gobierno adopte un plan de acción para terminar con la contaminación con plásticos e investigar los posibles impactos del plástico ambiental en la salud humana", concluye.