En casi todas las regiones del mundo donde se forman los huracanes, sus vientos máximos sostenidos son cada vez más fuertes, según un nuevo estudio realizado por científicos del Centro Nacional de Información Ambiental de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y del Instituto Cooperativo de Estudios de Satélites Meteorológicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, que analizaron casi 40 años de imágenes satelitales de huracanes.
Un planeta en calentamiento puede estar alimentando este aumento. "A través del modelado y nuestra comprensión de la física atmosférica, el estudio coincide con lo que esperaríamos ver en un clima más cálido como el nuestro", asegura James Kossin, científico del NOAA con sede en la UW-Madison y autor principal del artículo, que publica la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
La investigación se basa en el trabajo anterior de Kossin, publicado en 2013, que identificó tendencias en la intensificación de huracanes en un conjunto de datos de 28 años. Sin embargo, dice Kossin, ese intervalo de tiempo fue menos concluyente y requirió más estudios de casos de huracanes para demostrar resultados estadísticamente significativos.
Para aumentar la confianza en los resultados, los investigadores ampliaron el estudio para incluir datos mundiales sobre huracanes desde 1979 hasta 2017. Mediante el uso de técnicas analíticas, incluida la técnica avanzada Dvorak de CIMSS que se basa en mediciones de temperatura infrarroja de satélites geoestacionarios para estimar la intensidad del huracán, Kossin y sus colegas pudieron crear un conjunto de datos más uniforme para identificar tendencias.
"El principal obstáculo que tenemos para encontrar tendencias es que los datos se recopilan utilizando la mejor tecnología en ese momento", apunta Kossin. "Cada año, los datos son un poco diferentes que el año pasado, cada nuevo satélite tiene nuevas herramientas y captura datos de diferentes maneras, por lo que al final tenemos una colcha de retazos de todos los datos de satélite que se han entrelazado", dice.
La investigación previa de Kossin ha mostrado otros cambios en el comportamiento de los huracanes a lo largo de las décadas, como a dónde viajan y cómo de rápido se mueven. En 2014, identificó las migraciones de huracanes hacia los polos, donde los ciclones tropicales viajan más al norte y al sur, exponiendo a las poblaciones costeras menos afectadas anteriormente a un mayor riesgo.
En 2018, demostró que los huracanes se mueven más lentamente debido a los cambios en el clima de la Tierra. Esto ha resultado en un mayor riesgo de inundación a medida que las tormentas se ciernen sobre las ciudades y otras áreas, a menudo por períodos prolongados de tiempo.
Qué parte se debe al ser humano
"Nuestros resultados muestran que estas tormentas se han vuelto más fuertes a nivel mundial y regional, lo que es consistente con las expectativas de cómo los huracanes responden al calentamiento del mundo", dice Kossin.
"Es un paso adelante y aumenta nuestra confianza en que el calentamiento global ha fortalecido a los huracanes, pero nuestros resultados no nos dicen con precisión cuántas de las tendencias son causadas por las actividades humanas y cuánto puede ser solo la variabilidad natural", concluye.