El ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, ha tildado de "completamente inaceptable" la actuación policial ante una decena de científicos, tras su protesta el pasado 6 de abril a las puertas del Congreso para alertar sobre la pasividad ante el cambio climático.
El grave peligro del cambio climático
"Se trata de científicos y activistas sociales que con sus acciones están alertando del grave peligro que supone para la vida el cambio climático y la crisis ecosocial. Esta 'respuesta institucional' está totalmente fuera de lugar", ha lanzado Garzón en Twitter.
Previamente, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha pedido "explicaciones, disculpas y retirada de cargos" para estos activistas científicos. "Y rapidito", ha exigido.
Acción de desobediencia civil no violenta
Según ha explicado el colectivo Rebelión Científica (Scientist Rebellion Spain), más de diez personas han sido llamadas a declarar ante la Policía Nacional, en distintas ciudades por la acción de desobediencia civil no violenta, que protagonizaron esta acción reivindicativa para protestar ante la "inacción" de los Gobiernos frente a la crisis climática. Para ello simularon lanzar sangre, que en realidad era falsa, biodegradable y realizada una mezcla de agua y remolacha.
La portavoz federal de IU, Sira Rego, ha tildado de "inaceptable" que se despliegue a la Policía "ante una acción no violenta", que trata como "amenaza a quien alerta de los peligros reales" como el cambio climático.
Tintura de agua y remolacha
Una decena de activistas que fueron detenidos el pasado 6 de abril por manifestarse en las puertas del Congreso de los Diputados y lanzar pintura de remolacha en la fachada han sido llamados este miércoles a declarar en comisaría por "alterar notablemente las sesiones del Congreso".
El centenar de científicos y científicas activistas denunciaban el 6 de abril con su protesta la "inacción" de los Gobiernos frente a la crisis climática y para ello simularon lanzar sangre, que en realidad era falsa, biodegradable y realizada con tintura de agua y remolacha.
Más de diez personas imputadas
Así, Rebelión Científica (Scientist Rebellion Spain) comunica que más de diez personas han sido llamadas a declarar ante la Policía Nacional, en distintas ciudades por la acción de desobediencia civil noviolenta llevada a cabo frente al Congreso de los Diputados el pasado 6 de abril.
La acción de desobediencia civil se celebró en el marco de la semana de acciones que Rebelión Científica realizón en más de 25 países. Los activistas están investigados por los cargos de "delito de daños" a un "edificio singular protegido" y "delito de daños a las instituciones del Estado" por "alterar de forma notoria la sesión que se estaba realizando en el Congreso de los Diputados". Tras las detenciones, los miembros de la comunidad científica fueron puestos en libertad con cargos.
Los científicos y científicas aseguran que la sangre falsa y biodegradable no ocasionó daños materiales y que fue retirada por los servicios de limpieza en cuestión de minutos, a pesar de la impugnación policial que cifra los daños en el edificio por valor de 3.306,69 euros.
La acción transcurrió de manera pacífica
Las personas imputadas niegan la veracidad de las acusaciones y afirman que "la acción transcurrió de manera pacífica y no impidió el desarrollo de la actividad parlamentaria". Además, en alusión a las acusaciones realizadas añaden que, "la falta de acción política ante la crisis climática, de manera urgente y contundente, está alternado de forma notoria el clima y la vida de las generaciones presentes y futuras".
Procedimiento de detención "irregular"
En este contexto, denuncian que el procedimiento de detención fue "irregular" porque los participantes afectados sólo fueron contactados por teléfono para acudir a prestar declaración con menos de 24h de antelación, dos meses y medio después de dicha acción. Y, una vez en dependencias policiales, fueron informados del procedimiento de detención.
Actos intimidatorios
Rebelión Científica considera que actos intimidatorios son parte de una estrategia de endurecimiento de la represión contra los movimientos sociales con el fin de disuadir a las personas para que no ejerzan su derecho a la protesta pacífica, y aseguran que no disminuirán su ánimo ni su determinación a la hora de denunciar esta crisis climática y transversal ni a sus responsables, y que sólo nos harán redoblar nuestros esfuerzos para combatir la situación.
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