La secuencia, difundida en la cuenta de Twitter de la misión, muestra el descenso inicial del SCI (Samall Carry-on Impactor) hecho de imágenes capturadas en intervalos de 2 segundos justo después de la separación de Hayabusa2 por la cámara infrarroja térmica a bordo de la nave.
De fondo, se puede ver la superficie de Ryugu a unos 500 metros de distancia.
Se programó que el impactador detonara 40 minutos después de la separación, disparando una "cabeza de impacto" de cobre de 2 kilogramos en el área designada a una velocidad de 2 km por segundo para crear el cráter.
Después de liberar una cámara para capturar imágenes del impacto del proyectil, se confirmó que la sonda se movió temporalmente detrás del asteroide para escapar de los escombros causados por la detonación del proyectil.
El éxito del experimento de impacto solo se confirmará a finales de abril. Se espera que la sonda aterrice en Ryugu en mayo para recolectar materiales subterráneos del cráter.
Un viaje de 340 millones de kilómetros
La agencia espacial japonesa (JAXA) cree que el subsuelo de Ryugu contiene sustancias orgánicas y agua con restos del primitivo sistema solar.
Hayabusa 2 también estudiará la estructura interna del asteroide observando la superficie antes y después de la colisión del proyectil, así como también adquirirá los datos necesarios para la ciencia de colisión planetaria.
Lanzada en diciembre de 2014 desde el Centro Espacial Tanegashima en el suroeste de Japón, Hayabusa2 llegó a Ryugu en junio pasado tras recorrer 340 millones de kilómetros.
Tocó tierra en febrero para recolectar muestras de superficie y encontró minerales hidratados que ayudarán a los científicos a determinar si los asteroides trajeron agua a la Tierra. Se espera que Hayabusa2 regrese a la Tierra a fines de 2020.