Trece agencias federales de Estados Unidos relacionadas con las causas o los efectos del cambio climático presentaron el pasado viernes un contundente informe en el que ya no solamente vaticinan, como venían haciendo hasta ahora, sino que cuantifican con detalle las tremendas consecuencias que para la sociedad y la economía del país tendrá en los próximos tiempos el calentamiento global al que el país es el segundo contribuidor del planeta.
El documento, de nada menos que 1.600 páginas, que la Administración está obligada a presentar cada cuatro años, fue hecho público este año en pleno día de Acción de Gracias, probablemente el festivo más importante del calendario estadounidense, lo que medios de comunicación y organizaciones ambientalistas han considerado un claro intento de lograr que pasara lo más desapercibido posible.
Y se presentó horas después de que Trump, adalid del negacionismo del calentamiento global que ha sacado a su país de los Acuerdos de París, volviera a manifestarse escéptico sobre este fenómeno causado por la actividad humana: "La brutal y prolongada ola de frío podría batir todos los récords. ¿Qué ha pasado con el cambio climático?", había escrito la víspera el magnate neoyorquino en Twitter.
El pasado Fin de Año, Trump ya había utilizado el mismo argumento: ”En el este, podría ser la noche de Fin de Año más fría de las registradas. Quizás podríamos utilizar un poco de ese viejo calentamiento global que nuestro país, pero no otros, iba a pagar billones de dólares para combatir. ¡Abríguense!”, dijo Trump también en Twitter.
"La evidencia observada no se sostiene en ninguna explicación natural creíble para esta cantidad de calentamiento; sin embargo, la evidencia apunta de forma consistente hacia la actividad humana como la causa dominante", concluye el informe de la administración federal, deautorizando las afirmaciones de su presidente.
Según el informe, el mayor impacto económico del calentamiento global recaerá sobre los costes laborales: para 2100 se podrían perder 500 millones de horas de trabajo. Esto supondrá para las arcas públicas 155.000 millones de dólares (136.000 millones de euros, al cambio actual).
También se verá afectada la producción de alimentos y otros recursos naturales: en el medio Oeste, los cultivos de maíz podrían caer hasta un 25% a mediados de siglo, la industria marisquera perdería 230 millones de dólares (184 de euros) hacia 2100, y el valor económico de la madera hasta 788.000 millones de dólares (692.000 millones de euros) a finales de siglo.
Catástrofes ambientales
El informe advierte de fenómenos climáticos cada vez más frecuentes y extremos como sequías, incendios, lluvias torrenciales e inundaciones, después de que California haya sufrido el peor siniestro del siglo, que ha causado la muerte a de 85 personas, deja de momento casi 250 desaparecidos y ha calcinado unas 14.000 viviendas y más de 100.000 hectáreas de superficie. En 49 grandes ciudades, el calor y el frío extremos podrían causar 9.000 muertes prematuras anuales hacia 2100. Estos fallecimientos podrían alcanzar un impacto económico de 140.000 millones de dólares (123.000 millones de euros).
Además, el cambio climático alterará la extensión de numerosas enfermedades, al favorecer la expansión de garrapatas portadoras de bacterias y a mosquitos que transmiten los virus de dengue, zika o chikungunya.
Por otra parte, la elevación del nivel del mar provocada por el deshielo de los polos, que el informe cifra ya actualmente en 18 a 20 centímetros desde el año 1900, 7 desde ellos desde 1990, podría llegar a entre 30 y 90 centímetros a finales de siglo. Con ello, los bienes inmobiliarios de la costa estadounidense, valorados en 1 billón de dólares, estarán amenazados. El coste podría ser de 118.000 millones (103.000 millones de euros).