Barcelona sólo queda superada por la costa de Cilicia, en Turquía, con 31,3 kilos por kilómetro, y le siguen Tel-Aviv, en Israel (21 kilos); Delta del Po, en Italia (18,2); Valencia (12,9); la egipcia Alejandría (12,7); Argel, la capital de Argelia (12,2); la bahía de la francesa Marsella (9,4), y la también turca Esmirna (7,2).
Precisamente el Ayuntamiento de Barcelona apelaba estos días a la corresponsabiliad de la ciudadanía para reducir los residuos plásticos en las playas de cara a la verbena de Sant Joan, que se celebraba la noche del psado domingo. Sus ruegos sirvieron de poco: ayer por la mañana, los equipos de limpieza, formados por 360 operarios y 60 vehículos, retiraban más de 20 toneladas de basura de los arenales de la ciudad. La cifra no incluye los vertidos por las calles y plazas del resto de la capital, solo las playas.
Para la verbena, las playas barcelonesas disponían de 2.500 papeleras, entre ellas 2.000 para envases, que la mayoría prescindió de utilizar, y el Ayuntamiento mantiene apilados desde ayer lunes restos sin recoger en 100 metros cuadrados en la playa Nova Icària para sensibilizar sobre la generación de residuos.
33.000 botellas cada minuto
España ocupa el cuarto lugar en producción de plástico, solamente por detrás de Italia, Turquía y Francia, y está entre los tres países con mayor porcentaje de residuos plásticos reciclados, ya que representan el 13,2% del total analizado en el informe.
La organización avisa de que la cuenca mediterránea genera el 10% de todos los productos plásticos, lo que la convierte en el cuarto productor mundial de este material.
Los países del mediterráneo generan 24 millones de toneladas de residuos plásticos cada año, el 72% de las que acaban en un proceso de tratamiento de residuos controlado.
En su informe, el WWF destaca que cada año acaban en el Mediterráneo 570.000 toneladas de plástico, el equivalente de verter 33.800 botellas de plástico al mar cada minuto.
Las actividades costeras provocan la mitad de los vertidos de plástico, mientras que el 30% llega a través de ríos y el resto proviene de fuentes de contaminación de plástico de actividades desde el mar, como el comercio marítimo y la pesca.
El estudio detalla que el turismo aumenta "significativamente" la generación de residuos en las costas mediterráneas, que son visitadas anualmente por unos 200 millones de turistas: en algunos municipios costeros, los visitantes de verano generan un aumento del 30% de residuos.