El pleno de la Eurocámara ha tumbado la propuesta de la Comisión Europea que recoge criterios científicos para identificar disruptores endocrinos porque excluye varios químicos presentes en pesticidas que entienden son perjudiciales para el sistema endocrino.
Los eurodiputados han vetado la propuesta de Bruselas al considerar que no se pueden "eximir sustancias diseñadas para provocar un efecto de alteración" y porque consideran que se "excedió en su mandato" al proponer la exención de sustancias que "sí fueron diseñadas para atacar el sistema endocrino de determinados organismos" como algunos pesticidas.
La objeción fue respaldada por 389 votos a favor, 235 en contra y 70 abstenciones, por encima de la mayoría absoluta necesaria para bloquearla, por lo que la Comisión Europea deberá presentar una nueva propuesta a la luz de la posición de la Eurocámara.
Una "mejor" protección de la salud humana
El comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha lamentado el veto de la Eurocámara a su propuesta, que habría garantizado una "mejor" protección de la salud humana y del medioambiente y fue respaldada por los Gobiernos europeos en julio tras "discusiones exhaustivas".
"La Comisión tendrá que reflexionar sobre los próximos pasos que hay que dar", ha reconocido el Ejecutivo comunitario en un comunicado tras el voto.
La normativa europea exige que los pesticidas y biocidas no tengan efecto de alteración endocrina en especies distintas a las que deben tener, pero la UE todavía necesita, para aplicar la legislación, dotarse de una lista de criterios científicos para identificar los alteradores endocrinos, el primer paso para poder reducir su presencia y mejorar la protección de la salud humana.
La Comisión Europea tenía que haber publicado los criterios para ello antes de la fecha límite, a finales de 2013, vulnerando así la propia normativa europea, según constató el Tribunal de Justicia de la UE en diciembre de 2015.
Los alteradores endocrinos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituyen una "amenaza global" a la luz de la tendencia al alza de los desórdenes del sistema endocrino en humanos y animales y ha advertido de los efectos "adversos" que pueden tener en la salud reproductiva, así como para la función tiroidea, cerebral obesidad o el metabolismo.
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