La mitad de las especies de las áreas naturales más ricas en biodiversidad del planeta podrían extinguirse en 2080 a consecuencia del cambio climático si las emisiones de gases de efecto invernadero no solo no bajan sino que siguen creciendo a "un ritmo desenfrenado", según alerta un estudio realizado por la Universidad de Anglia del Este y la Universidad James Cook encargado por WWF.
Así, las zonas más afectadas del mundo son el Amazonas, la sabana arbolada de Miombo en el sur de África, el suroeste de Australia o las islas Galápagos podrían enfrentarse a una extinción local a final del siglo si las emisiones siguen progresando e incluso, si se logra el reto del Acuerdo del Clima de París de no superar el crecimiento de la temperatura global del planeta en 2 grados centígrados, se podrían perder el 25% de las especies.
Precisamente, la ONG celebrará en 10 días, el 24 de marzo La Hora del Planeta, el mayor movimiento mundial contra el cambio climático y por este motivo, ha publicado este informe, que analiza el impacto del cambio climático en una 80.000 especies de plantas y animales de 35 ecorregiones, las áreas naturales del planeta con mayor biodiversidad y en las que WWF centra sus esfuerzos de conservación.
El informe se plantea varios escenarios futuros del cambio climático, desde un escenario sin que disminuyan las emisiones y donde la temperatura global aumentaría 4,5 grados centígrados hasta un aumento de 2 grados centígrados, el límite máximo de temperatura que fija el Acuerdo de París.
El estudio concluye que la sabana arbolada de Miombo, hogar de los perros salvajes africanos, el suroeste de Australia y el Amazonas son algunas de las áreas más afectadas.
Varios escenarios
En el primer escenario, el clima de estas áreas sería "inapropiado" para muchos de los animales y plantas que allí viven y alerta de que el área mediterránea es "especialmente vulnerable" porque las temperaturas medias más elevadas y una disminución significativa de las precipitaciones tendrán "un efecto demoledor".
Mientras, señala que con un aumento de 2°C, estarían en peligro el 30% de todas las especies y con un aumento de 4,5ºC la mitad de la biodiversidad de la región podría desaparecer.
Así, el estudio afirma que para hacer frente al cambio climático, las especies necesitan moverse libremente a nuevas localizaciones y destaca que con un territorio conectado el riesgo de riesgo de extinción local disminuye del 25% al 20% y con un aumento de 2°C en la temperatura media global.
Por eso, concluye que si las especies no se pueden mover no serán capaces de sobrevivir. Sin embargo, avisa de que la mayoría de las plantas, anfibios y reptiles, como las orquídeas, las ranas y los lagartos no pueden moverse lo suficientemente rápido para adaptarse a los cambios en el clima.
Por ejemplo, en el peor escenario, hasta el 90% de anfibios, el 86% de aves y el 80% de mamíferos podrían extinguirse localmente la sabana arbolada del Miombo en África meridional y el 69% de las especies de plantas del Amazonas podría desaparecer. Por su parte, en el suroeste de Australia, el 89% de anfibios podría extinguirse y el 60% de las especies de Madagascar están en peligro de extinción local.
Otras especies en peligro según el informe son el Funbos, los orangutanes, el leopardo de las nieves, los tigres, los osos polares o las tortugas marinas.
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