A finales de siglo, los modelos climáticos proyectan que esta distribución desigual de lluvia y nieve probablemente se distorsione aún más, con la mitad de la precipitación anual concentrada en 11 días.
Estos resultados, basados en 185 estaciones repartidas por todo el mundo, se publican en Geophysical Research Letters, una revista de la Unión Geofísica de Estados Unidos.
Estudios anteriores han demostrado que podemos esperar tanto un aumento en los fenómenos meteorológicos extremos como un aumento menor en el promedio anual de precipitaciones en el futuro a medida que el clima se calienta, pero los investigadores aún están explorando la relación entre esas dos tendencias.
"Este estudio muestra cómo encajan esas dos piezas", dijo Angeline Pendergrass, científica del NCAR (National Center for Atmospheric Research) estadounidense y autora principal del nuevo estudio. "Lo que encontramos es que los aumentos esperados ocurren de forma que los días más lluviosos se vuelven más lluviosos", añadió en un comunicado.
Los hallazgos, que sugieren que las inundaciones y los daños asociados también podrían aumentar, tienen implicaciones para los administradores del agua, los planificadores urbanos y los servicios de emergencia. Los resultados de la investigación también son una preocupación para la agricultura, que es más productiva cuando la lluvia se distribuye de manera más uniforme durante la temporada de crecimiento.
Los científicos que estudian las precipitaciones extremas, y cómo estos eventos pueden cambiar en el futuro, han utilizado una variedad de métricas para definir lo que la científica califica como "extremo". Pendergrass notó que en algunos casos las definiciones eran tan amplias que los eventos extremos de precipitación en realidad incluían la mayor parte de toda la precipitación.
En esos casos, la "precipitación extrema" y la "precipitación promedio" se volvieron esencialmente lo mismo, lo que dificulta que los científicos comprendan a partir de estudios existentes cómo cambiarían los dos de manera independiente a medida que el clima se calienta.
Otros equipos de investigación también han estado lidiando con este problema. Por ejemplo, un artículo reciente intentó cuantificar la irregularidad de la precipitación mediante la adaptación del coeficiente de Gini, una herramienta estadística que a menudo se usa para cuantificar la desigualdad del ingreso, para observar la distribución de las precipitaciones.
Pendergrass quería encontrar algo aún más simple e intuitivo que pudiera ser fácilmente comprendido tanto por el público como por otros científicos. Al final, optó por cuantificar la cantidad de días necesaria para reunir la mitad de la precipitación de un año. Los resultados la sorprendieron.
Once días para 2100
"Me hubiera imaginado que el número sería mayor, quizás un mes", dijo. "Pero cuando observamos la mediana, o punto medio, de todas las estaciones de observación disponibles, el número fue de solo 12 días".
Para el análisis, Pendergrass trabajó con Reto Knutti, del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas en Zurich (Suiza). Utilizaron datos de 185 estaciones terrestres durante los 16 años transcurridos desde 1999 hasta 2014, un período en el que las mediciones podrían validarse con los datos del satélite de la Misión de medición de lluvias tropicales (TRMM). Aunque las estaciones estaban dispersas en todo el mundo, la mayoría estaban en América del Norte, Eurasia y Australia.
Para mirar hacia adelante, los científicos utilizaron simulaciones de 36 de los modelos climáticos líderes en el mundo que tenían datos para la precipitación diaria. Luego señalaron las proyecciones del modelo climático de los últimos 16 años de este siglo para las estaciones de observación individuales.
Encontraron que la precipitación anual total en las estaciones de observación aumentó ligeramente en las ejecuciones del modelo, pero la precipitación adicional no cayó uniformemente. En cambio, la mitad de la lluvia adicional y la nieve cayeron en solo seis días.
Esto contribuyó a que la precipitación total también cayera de forma más desigual que en la actualidad, con la mitad de la precipitación total de un año cayendo en solo 11 días para 2100, en comparación con 12 en el clima actual.
"Si bien los modelos climáticos generalmente proyectan solo un pequeño aumento de la lluvia en general, encontramos que este aumento se produce como un puñado de eventos con mucha más lluvia y, por lo tanto, podría provocar más impactos negativos, incluidas inundaciones", dijo Pendergrass. "Necesitamos tener esto en cuenta cuando pensamos cómo prepararnos para el futuro".
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