La pica americana (Ochotona princeps), un mamífero de tamaño similar a un hámster que vive en las montañas de América del Norte, es una de las muchas especies amenazadas por el cambio climático. Según un estudio publicado hace aproximadamente un año, este pequeño ser vivo está abandonando su hábitat debido al calentamiento global.
Ahora una nueva investigación, publicada en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, repasa la literatura sobre el comportamiento animal frente a las circunstancias ambientales, y se centra en la conducta de la pica americana como modelo de referencia.
Los autores del trabajo, liderados por Erik A. Beever de la United States Geological Survey, aseguran que frente a las amenazas del cambio climático, los animales deben “moverse, adaptarse, aclimatarse o morir”, y la aclimatación de un gran número de picas es un ejemplo de supervivencia.
Este mamífero lagomorfo se caracteriza por llevar una vida sedentaria alrededor de taludes alpinos –zonas rocosas en las bases de acantilados–. En verano se dedica a recolectar hierbas y flores próximas a su hogar para tener reservas alimenticias de cara al invierno, y si las temperaturas son elevadas se refugia bajo las rocas.
En busca de nuevos hábitats
Sin embargo, en los últimos años, los expertos han observado que las picas que viven en altitudes más bajas se están desplazando a los bosques vecinos en busca de comida y refugio del calor, mientras que las que viven en terrenos más elevados no se mueven de los taludes.
Así, los investigadores consideran que esta nueva conducta se debe a los efectos del cambio climático, ya que son más perceptibles a menor altitud. Sugieren además que el descenso en el número de picas en regiones concretas es causado, entre otros motivos, por la falta de adaptación a las condiciones ambientales.
“Las picas del Parque Nacional de la Gran Cuenca no han mostrado una gran flexibilidad para cambiar de hábitat como las de otros territorios, por lo que este podría ser uno de los factores que esta menguando sus poblaciones”, explican los autores del estudio.
Los investigadores esperan mejorar el entendimiento del impacto del aumento de las temperaturas en todo tipo de animales para poder aplicarlos a la futura gestión de la fauna salvaje.