La organización sindical reclama al Gobierno que realice una planificación del sistema energético con mayor penetración de energías renovables (eléctricas y térmicas) para 2030 que avance en la descarbonización de todos los sectores.
De acuerdo con el trabajo de CCOO Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España 1990-2018, la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2018 respecto a 2017 se deben en gran parte a la disminución de la quema de carbón para la generación eléctrica en un 17,8 por ciento y del gas natural en las centrales de ciclo combinado en un 21,5 por ciento, al tiempo que aumentó la producción hidroeléctrica en un 21,5 por ciento; la producción hidráulica en un 84,8 por ciento y la eólica en un 2,9 por ciento.
El sindicato recuerda que las emisiones del año base 1990 eran de 288,4 millones de toneladas de CO2 equivalentes; las del año 2005 ascendieron a 441 millones de toneladas de CO2 equivalentes y la emisiones en 2018 fueron de 325,7 millones de toneladas de CO2 equivalentes, según los datos preliminares a febrero de 2019. En 2017 fueron 340,2 millones de toneladas de CO2 equivalente.
El factor determinante, según el sindicato fue la mayor producción hidráulica, igual que en anteriores años, pues cuando los años son lluviosos en España disminuyen las emisiones frente a los años secos, en los que se quema más carbón y gas natural, de modo que aumentan las emisiones.
Así, señala que en 2018 el consumo de petróleo creció un 3 por ciento respecto del año anterior y el gas natural se mantuvo constante con apenas un 0,2 por ciento de aumento, según los datos preliminares. Mientras, el sector del transporte por carretera las emisiones crecieron un 2,5 por ciento en 2018 y un 4,7 por ciento en el transporte aéreo interior.
Para CCOO este es un "momento crucial" en el que confluyen los compromisos internacionales que marcan el camino para avanzar en la descarbonización de la economía, informes científicos incuestionables que avisan de que hay poco tiempo para hacerlo, tecnologías disponibles que permiten el cambio de fuentes energéticas y la electrificación de la demanda y, finalmente, una sustancial bajada de costes en muchas de esas tecnologías que permiten hacer los cambios con esfuerzos financieros razonables.
"Una posición favorable"
En concreto, subraya que ve a España situada en "una posición favorable" porque dispone de recursos renovables, tecnologías propias y capacidad industrial para afrontar los retos y convertirlos en oportunidades de creación de empleo.
Si bien, recuerda que hasta la fecha, España sigue siendo uno de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones desde 1990 y sigue necesitando un importante esfuerzo para llegar a los objetivos de reducción de emisiones para 2030.
El estudio señala que la energía (electricidad, transporte por carretera, aviación y residencial) es el sector con mayor responsabilidad en el conjunto de las emisiones y el "auténtico nudo gordiano", ya que en 2018 representaron el 75,1 por ciento del total sin incluir los sumideros.
Las mayores emisiones se deben a la generación de electricidad y al transporte por carretera, mientras el resto corresponde a las diez refinerías de petróleo, consumos energéticos de la industria, transporte aéreo interior (no incluye el transporte aéreo con otros países), usos residenciales (sobre todo calefacción y agua caliente sanitaria) y servicios.
Por otro lado, los procesos industriales distintos a la combustión como la producción de cemento, la industria química y metalúrgica, que representaron el 8,6 por ciento de las emisiones en 2018; mientras que la agricultura y ganadería representan el 12,1 por ciento del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente. Por último, los residuos suponen el 4,2 por ciento del total de las emisiones de CO2 equivalente, entre las cuales, las emisiones de metano son las más importantes.
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