Si las personas no pueden adaptarse a las temperaturas climáticas futuras, las muertes causadas por olas de calor severas aumentarán "dramáticamente" en las regiones tropicales y subtropicales, seguidas de cerca por Australia, Europa y Estados Unidos, según muestra un estudio global liderado por la Universidad de Monash (Australia) en el que también ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Publicado este martes en la revista científica PLOS Medicine, es el primer estudio mundial que predice las muertes futuras relacionadas con la ola de calor, con el objetivo ayudar a las administraciones en la planificación de estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático.
Los investigadores desarrollaron un modelo para estimar el número de muertes relacionadas con las olas de calor en 412 lugares de 20 países durante el período de 2031 a 2080. Así, prevé un aumento de mortalidad en relación con las olas de calor en el futuro, en diferentes escenarios caracterizados por los altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero o la densidad de población en estas regiones.
"Las olas de calor en el futuro serán más frecuentes, más intensas y durarán mucho más. Si no podemos encontrar una manera de mitigar el cambio climático y ayudar a las personas a adaptarse a estos sucesos, habrá un gran aumento de muertes relacionadas con la ola de calor en el futuro, particularmente en los países pobres ubicados alrededor del ecuador", señala el principal responsable del estudio, Yuming Guo, profesor asociado en la Universidad de Mosh.
Un hallazgo clave del estudio es que, bajo un escenario extremo, habrá un aumento del 471% en las muertes causadas por olas de calor en tres ciudades australianas (Brisbane, Sydney y Melbourne) en comparación con el período 1971-2010.
"Esta investigación, el mayor estudio epidemiológico sobre el impacto proyectado de las olas de calor bajo el calentamiento global, sugiere que podría aumentar drásticamente la mortalidad relacionada con las olas de calor, especialmente en los países tropicales y subtropicales altamente poblados. La buena noticia es que si mitigamos los gases de efecto invernadero y las emisiones, escenarios que cumplen con el Acuerdo de París, entonces el impacto será muy reducido", detalla Antonio Gasparrini, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido).
Con el fin de evitar una posible "muerte masiva" de la población debido a las olas de calor cada vez más severas en el futuro, el estudio recomienda seis medidas de adaptación, particularmente para los países en desarrollo y las regiones tropicales y subtropicales. Entre ellas, aconsejan en fortalecimiento de las infraestructuras contra el calor, la planificación y gestión urbana, aumento del número de fuentes públicas, la plantación de árboles, la adecuación de las casas o un sistema de alertas de calor, que provea de información a los ciudadanos.
España
En los escenarios de altas emisiones de gases de efecto invernadero, la investigación estima que en España se producirá un incremento del 292% en las muertes causadas por olas de calor, en comparación con el período comprendido entre los años 1971 y 2010.
No obstante, ese aumento se vería reducido en los escenarios que aplicasen estrategias de mitigación para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Por todo ello, la estrategia de adaptación al cambio climático debería ser un objetivo prioritario para España", advierte el investigador del CSIC Aurelio Tobías, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua.
Entre las medidas de acción para evitar un aumento de la mortalidad a consecuencia de las olas de calor y alcanzar una adaptación a los efectos del calor extremo, los autores del trabajo recomiendan una serie de medidas de acción en función de cada actor poblacional.
A nivel individual, el estudio destaca la importancia de detectar la situación e informarse de las opciones disponibles. En el plano interpersonal, recomienda compartir la información, comunicarla, ofrecer argumentos persuasivos al resto de integrantes de la comunidad, aconsejar y educar.
En la comunidad como grupo, los investigadores sugieren fortalecer las infraestructuras comunitarias, animar a los individuos a integrarse en ella, crear grupos de población de riesgo, vigilar por barrios y crear medios de subsistencia.
En el ámbito institucional las medidas se enfocan hacia la creación de políticas específicas, regulaciones y procedimientos oficiales, entre otras estrategias. En el terreno medioambiental, el estudio pone de manifiesto la importancia de la planificación urbanística, la plantación de árboles en las ciudades, la accesibilidad de fuentes públicas de agua potable y la adecuación de las viviendas a las altas temperaturas.
Por último, en cuanto a las políticas públicas, los autores de la investigación recomiendan mejorar los servicios de atención sanitaria, la reducción de la pobreza, la redistribución de los recursos y la creación de un sistema de alertas de olas de calor.
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