Todo empezó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando estos ofidios fueron introducidos por error en la isla de Guam, el territorio más grande y meridional de las islas Marianas en el océano Pacífico, de 549 kilómetros cuadrados, que fue española hace siglos, hasta la guerra hispano-estadounidense de 1898 en la que también cambiaron de manos Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, y que hoy es uno de los 14 territorios autónomos no incorporados bajo soberanía norteamericana. Desde entonces, el impacto del reptil sobre la biodiversidad de la isla, señalan, los científicos, ha sido devastador.
Las toxinas de la 'Boiga irregularis' son 100 veces menos nocivas para los mamíferos
“La serpiente hizo ‘autostop’ subida en los portaaviones de la tropas australianas y desde entonces ha llevado a la extinción a múltiples especies de aves nativas. En la actualidad, solo sobreviven tres en la isla”, relata Bryan Fry, investigador de la Universidad de Queensland (Australia) y coautor de un trabajo sobre el tema que se ha publicado en el Journal of Molecular Evolution. En el mismo han colaborado también los estudiantes de doctorado Daniel Dashevsky y Jordan Debono, así como investigadores de la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos).
Para entender por qué se está produciendo este exterminio de pájaros por parte del reptil introducido accidentalmente por el ser humano, el equipo de científicos australianos y estadounidenses analizó la toxina del veneno del reptil y concluyó que resulta especialmente letal para las aves. Pero para los humanos, por el contrario, no resulta peligrosa.
Una de las peores plagas de todos los tiempos
“El veneno de esta serpiente es 100 veces más tóxico para las aves que para los mamíferos”, subraya Fry. “Contiene una toxina formada por otras dos más pequeñas que están unidas”, añade el investigador australiano. Esta característica, sin embargo, no es exclusiva de esta especie, que a su juicio se ha convertido en "una de las peores plagas de todos los tiempos".
La investigación ha revelado que cualquier serpiente del género Boiga, al que pertenece la serpiente arbórea marrón, también conocida como la culebra arbórea café, hubiera podido provocar una hecatombe similar entre los pájaros no acostumbrados a su presencia. Pero solo la Boiga irregularis, originaria de originaria de Indonesia, las islas Salomón, Nueva Guinea y Australia, fue transportada fortuitamente a un lugar que no le correspondía y pudo cometer la matanza de aves autóctonas.
Su mordedura no resulta en cambio peligrosa para los seres humanos
El veneno de estas serpientes ha sido la principal razón del éxito de su propagación natural desde África, donde se originó este género de ofidios con ojos que recuerdan a los de los gatos, hasta el subcontinente indio, el sudeste de Asia y finalmente Australia. “Para la serpiente arbórea marrón, esta ventaja biológica se ha visto favorecida por la introducción del transporte aéreo”, que facilita y agiliza su conquista de nuevos ecosistemas recalca el experto.
En la actualidad, el gobierno de EE UU todavía envía aviones militares desde Guam a Hawai y “las serpientes siguen colándose”, advierten los biólogos. “Son interceptadas de manera regular en los aeropuertos de Hawái, por lo que si se permite que estos vuelos directos continúen, es solo cuestión de tiempo que lleguen allí, se reproduzcan y aniquilen a las aves como lo hicieron en Guam”, lamentan.
Sin embargo, las autoridades hawaianas matizan las afirmaciones del investigador. El Departamento de Agricultura de Hawái (HDOA, en sus siglas en inglés) afirma que la última serpiente de árbol marrón encontrada en el archipiélago lo fue en 1994 y que es falso decir que se encuentran regularmente en los vuelos que aterrizan en sus aeropuertos. Pero no obstante tienen muy claro que "la amenaza es muy real", admitió un portavoz de la HDOA, quien reveló que se ha implementado un programa de seguridad para evitar la llegada de serpientes de árbol marrones a estas islas.
En cualquier caso, señalan los expertos de la Universidad de Queensland, “ahora que sabemos más sobre la biología básica de la serpiente, podemos ayudar a desarrollar un enfoque inteligente para prevenir y gestionar esta y otras especies invasoras”, lo que puede oprevenir nuevos desastres ecológicos en el futuro.