Una idea predominante sobre el origen del habla es que se requiere que la laringe humana baja sea capaz de producir conjuntos de vocales distintas y que la laringe alta de los primates no humanos les impide producir las vocales presentes en las lenguas humanas. Por lo tanto, los científicos creen que el lenguaje se originó relativamente recientemente, en los últimos entre 70.000 y 100.000 años, y se ha realizado poca investigación sobre los vínculos entre la vocalización de los primates no humanos y el habla humana.
Boë y sus colegas analizaron 1.335 vocalizaciones espontáneas producidas por 15 babuinos machos y femeninos en diferentes contextos sociales y estudiaron la anatomía del tracto vocal de dos babuinos que murieron por causas naturales. Así, encontraron que los babuinos producen cinco sonidos que tienen similitudes importantes con las vocales del habla humana.
Las personas forman cada sonido de vocal con un control preciso de la posición de la lengua en el tracto vocal y el análisis anatómico reveló que las lenguas del babuino tienen los mismos músculos que las lenguas humanas, lo que sugiere que estos monos también utilizan movimientos de la lengua para formar cada uno de los sonidos parecidos a vocales.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que el lenguaje hablado en las personas puede haber evolucionado a partir de las capacidades articulatorias que ya poseía nuestro último antepasado común con los babuinos, lo cual se estima que fue hace unos 25 millones de años.